En el fútbol todo puede pasar, y que un equipo entre dormido a la cancha y no metido al 100%, que cometa errores groseros y que empiece perdiendo, se puede dar. Pero que suceda en tres partidos seguidos es algo para tener muy en cuenta y que se debe corregir inmediatamente. Eso es lo que le pasó a Central, en estas tres primeras fechas que se llevan jugadas, el equipo se vio abajo en el marcador en los primeros tiempos, sin mencionar el pésimo nivel futbolístico demostrado en cada primera parte.

En la primera fecha, Central recibió a Quilmes en el Gigante. Casi dos semanas atrás habían jugado con Juventud Unida de San Luis por Copa Argentina, era el primer partido del torneo después de una dura pretemporada con solo un encuentro oficial, se podía entender que las piernas aún no estuvieran tan sueltas y que costara un poco encontrar el funcionamiento individual y colectivo, pero el equipo no tuvo ideas en todo el primer tiempo y cometió muchos errores. Tras una infracción de Acevedo cerca del área, llegó el gol del Cervecero, a través de una gran pegada de González, y el Canalla tuvo que sacar del medio, cambiar la imagen en el complemento y dar vuelta el partido, algo que logró.

En la segunda fecha, el conjunto rosarino fue al Monumental ilusionado con poder ganarle a River en su cancha luego de muchos años sin conseguirlo, pero los primeros minutos ya daban claros indicios de lo complicada que iba a ser esa tarde/noche. El equipo no jugaba a nada, no podía tener la pelota, no daba tres pases seguidos y para colmo cometía errores graves, algunos rozando lo amateur. Tan así que a los 16 minutos los de Russo ya perdían 1 a 0. Ese gol fue un cachetazo del que no hubo recuperación, más allá de una leve mejoría en el complemento. El equipo tuvo uno de los peores partidos desde que volvió a Primera División y River le propinó el segundo gol y la definitiva victoria en el complemento.

En la tercera jornada, se venía otro duro partido para Central, que debía viajar a La Plata para jugar ante Gimnasia, rival al que el Canalla no le ganaba en su estadio desde el 2003 (o 2006, si tenemos en cuenta el partido jugado en el Ciudad de La Plata). Para no perder la costumbre, en el primer tiempo el equipo no tuvo ideas futbolísticas, no geneaba peligro, los jugadores no podían agarrar la pelota o cuando lo hacían la revoleaban sin pensar un poco, los errores volvían a aparecer y el gol prometía llegar pronto, y así fue. Ferrari cometió la equivocación de no dejar ir una pelota, rechazó para el medio y Vegetti tras una maniobra dentro del área la mandó a guardar, con complicidad de la defensa auriazul que miró todo el tiempo como el delantero hacía lo que quería.

Recién sobre el final, con el gol de Barrientos tras una jugada fortuita el equipo pudo adelantarse un poco y llegar al área de Monetti con más asiduidad. A tal punto que en el segundo tiempo la imagen fue otra, y el equipo logró dar vuelta el marcador sobre el final gracias al penal que cometió el arquero rival (antes Lunati había dejado pasar uno clarísimo) y que Delgado cambió por gol, llevando para Rosario tres puntos de oro.

En conclusión, Central deberá encontrarle solución al tema de jugar muy mal en los primeros tiempos y recibir el primer gol para tener que cambiar la imagen en los complementos y dar vuelta los partidos, no siempre van a aparecer las ocasiones para que eso ocurra y el equipo no puede darse el lujo de regalar 45 minutos cada vez que sale a la cancha. Mañana recibirá a Godoy Cruz en el Gigante, rival que llega golpeado y goleado por River 4-0. El Canalla deberá mostrar de una vez que quiere ser uno de los pretendientes al título y salir a ganar desde el comienzo.

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