En un clásico que promete ser muy picante, tendrán lugar dos jugadores que deberán asumir un rol trascendental para el funcionamiento de sus equipos. No solo en el aspecto táctico, sino también que deberán evocar en sus personas líderes capaces de guiar a sus equipos para ganar este tipo de partidos.

Ambos supieron vestir la casaca de su selección y se encuentran en los clubes de sus amores y en sus últimos años de carrera. Uno, incluso, participo del último mundial. Estamos hablando, evidentemente, de Maxi Rodríguez y del Chelito Delgado.

El jugador de la Lepra tiene un único objetivo en su cabeza: ganar o ganar. Es consciente de que su equipo no ha triunfado en el clásico en los últimos años y sabe que es en parte responsable, por ser parte del equipo, de los últimos tres clásicos perdidos. Como siempre, a pesar de su edad, sigue demostrando que se encuentra en gran nivel y sus actuaciones e inteligencia para jugar siempre dan que hablar. 

Por el otro lado encontramos a un jugador que volvió este mercado de pases luego de una vuelta que fue esperada por la hinchada canaya durante bastante tiempo. Llegó con la ilusión de ganar un campeonato con el club que lo vio nacer, cosa que si ha logrado Maxi. Sus actuaciones vienen siendo buenas y partido a partido demuestra su categoría. Sin embargo, a sus 33 años, hay algo que lógicamente le comienza a jugar en contra y es la condición física.

Los dos jugadores tuvieron un paso por importantes equipos de Europa. Tienen características similares en lo que refiere a aspectos técnicos y tácticos: ambos se tiran atrás y se involucran en el circuito de juego, son gambeteadores y aportan cambio de ritmo y dinámica. También, si bien al Chelito se le viene negando el gol en este torneo, ambos tienen llegada al gol y suelen tener posibilidades para convertir.

Los clásicos, como generalmente se dice, son partidos diferentes. Tanto uno como el otro tendrán que, como se dijo anteriormente, hacerse importante como líderes natos de sus equipos. Una pequeña curiosidad es que ambos equipos poseen jugadores jóvenes que se encuentran en proceso de ganar experiencia. Aquél que sepa comandar a su equipo hacia la victoria será quien se pueda quedar con los tres puntos y, además, con la gloria que significa ganar cada uno de uno de los clásicos más vividos del fútbol argentino y del mundo.