Crónica de la victoria Canaya

Rosario Central fue a jugar a Santa Fe con la necesidad de ganar y con mucho cansancio por haber jugado 72 horas antes. A pesar de ello dieron una muestra de carácter y se quedaron con la victoria en un escenario muy complicado.

Crónica de la victoria Canaya
Larrondo hizo el gol que se convirtió en tres puntos e ilusión de seguir peleando hasta el final (Foto: La Capital).
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Por Franco Vidal

El partido fue muy similar al que Rosario Central enfrentó a Quilmes, con la particularidad que en los dos partidos Central no pudo formar el doble cinco con Musto y Domínguez por la falta de Nery.

Unión arrinconó a Central desde el inicio con pelotas aéreas, toques alrededor del área grande y mucho control de pelota. Los canayas supieron leer anticipadamente el partido que se les iba a presentar y defendieron con uñas y dientes sin cometer errores que le otorguen ventajas al tatengue.

Unión tuvo que aceptar que no le cobraran un penal y a pesar de ello siguió atacando a Central sin cesar. A los 25 minutos de la primera parte llegó la más clara para los locales: Riaño después de recibir de espaldas habilitó a Malcorra que venía a toda máquina por el segundo palo. En la trayectoria de la pelota parecía inminente la apertura del marcador. Pero la punta del botín de José Luis Fernández llegó antes y salvó la caída de la valla de Central.

Así pasó el primer tiempo, con Unión intentando y Central saliendo de contragolpe. No obstante no fue muy superior el equipo de Madelón porque Rosario Central se plantó muy bien.

Para jugar el segundo tiempo Coudet reemplazó a Cervi por Jonás Aguirre. El chuky había tenido una mala caída luego de un foul en el que sufrió una lesión en el hombro que no le permitió seguir jugando. 

Unión salió a jugarlo con la misma intensidad. Al minuto del complemento ya tuvo un tiro de esquina. No eran ocasiones ocasiones claras de gol pero se aproximaban. A los 10' Villar casi se la clava en un ángulo a Caranta que acompañaba la trayectoria de la pelota con su vista.

Pinola era el mejor jugador de Central, por su firmeza y por su criterio a la hora de proyectarse por la banda izquierda que ocupó por la falta de Villagra. Una patriada del pelado fue la primera ocasión de gol para Central.

En la segunda llegó la alegría. Montoya ejecutó un tiro de esquina desde la derecha con una rosca que fue desde adentro hacia afuera, con la velocidad, altura y curvatura justa para que Marcelo Larrondo ponga su parietal izquierdo desde apenas más adelante del punto penal. Fue un cabezazo letal, potente, colocado, exquisito e inatajable. Gol de Central.

Unión siguió y siguió hasta que Álvarez señaló el fin del partido. Un minuto después del gol, Malcorra casi clava en el fondo de la red un derechazo cruzado desde afuera del área que Caranta supo despejar hacia su izquierda.

La suerte fue azul y amarilla. Central se salvó hasta de esos desvíos de buscapié que en la mayoría de veces es gol. Esta vez fue a las manos del arquero Canaya. Justo antes de finalizar Leo Sánchez cabeceó desde apenas atrás de la línea del área chica y la pelota se fue lentamente al techo del arco luego de picar en el piso. Caranta no llegaba.

El equipo de Coudet ganó y no fue solo por casualidad, sino porque defendieron muy concentrados en la totalidad del partido y por la efectividad. Dos llegadas un gol. Central sigue prendido y pobre del que quiera robarle la ilusión.