En las últimas horas del viernes, la noticia pegó duro en el mundo Rosario Central. Marcelo Larrondo acordó su salida del Canalla para irse a jugar al Montreal Impact de Canadá, club el cual milita en la Mayor League Soccer de los Estados Unidos.

El conjunto canadiense llegó a un acuerdo con el jugador para activar su claúsula de recisión de 1.500.000 de dólares, la cual quedó estipulada el día que el club de Arroyito contrato al delantero mendocino. Además, se conoció que el conjunto norteamericano habría llegado a un arreglo para cerderlo a River, lo que sería un caso claro de triangulación.

Larrondo había llegado a Rosario en Junio de 2015, tras haber estado cedido en Tigre. El Canalla contrató al delantero oriundo de Tunuyán en 600 mil dólares al Torino de Italia.

En el año que estuvo en el club, el jugador surgido de Desamparados de San Juan disputó 21 encuentros y marcó 11 goles. En este 2016, disputó tan sólo 6 cotejos, anotando 4 goles, y la rotura de los meniscos de su pierna derecha lo dejó sin actividad por el resto del semestre.

 La voz de la Comisión Directiva

Tras conocerse la noticia, luego de varios dichos, la CD auriazul emitió un comunicado en la web oficial del club para aclarar los hechos. A continuación, el comunicado:

"Como siempre desde hace 20 meses, en Rosario Central todo tiene una explicación, y puede contarse.

En Junio de 2015 nuestra CD inició gestiones para lograr la contratación del jugador Marcelo Larrondo. De ese modo se concluyeron con éxito gestiones por las cuales se le adquirió a Torino de Italia en USD 600.000 el 100% de los federativos y económicos de dicho jugador.

En el proceso de dicha negociación, a fin de aceptar la oferta realizada, los representantes del jugador (Hernán Berman y Gustavo Ghezzi) pusieron como condición que debía fijarse una cláusula de rescisión de USD 1.500.000 netos para cualquier club del exterior.

La cláusula de salida no fue pactada con nuestra institución, fue impuesta por la otra parte como condición sine qua non de conclusión satisfactoria de la contratación. En ese momento, a pesar de la disconformidad nuestra por dicha cláusula, el análisis fue que el patrimonio no se vería perjudicado ya que la cláusula (a pesar de que nos parecía exigua) era superior al monto de contratación, y que se conseguía el fichaje del jugador que pretendía nuestro Director Técnico.

Desde el mes de Diciembre del año pasado, nuestra Comisión Directiva está tratando de renegociar el contrato con el Sr. Larrondo, realizando ofertas de máxima importancia para lo que es el fútbol argentino. Ofertas que incluían una sustancial mejora salarial, extensión del vínculo contractual, y modificación de la cláusula de rescisión impuesta oportunamente.

Luego de reuniones dilatorias con sus representantes y de diálogos personales con el propio jugador, recién hace poco más de un mes, estando el jugador rehabilitándose con nuestro cuerpo médico en su casa en Mendoza para que se sintiese más cómodo (todo a costa del club), se le ofreció al Sr. Larrondo la posibilidad inmejorable que dijese cual era el monto de contrato que pretendía ganar a fin de cerrarlo en ese número. Ofertado dicho contrato por tres años, contestó verbalmente que la oferta le parecía “espectacular”, que lo hacía muy feliz, y que hablaría con sus representantes para cerrar el nuevo contrato cuanto antes. Esto nunca sucedió.

Nuestra Comisión Directiva recibió excusas a diario, una tras otra del jugador y sus representantes, a fin de no formalizar el nuevo acuerdo.

Más de un mes después, en el día de hoy, el Sr. Larrondo a la finalización de la práctica le comunicó a nuestro Director Técnico que no seguiría en el club porqué tenía un acuerdo con el club Montreal Impact de Canadá quien estaba dispuesto a ejercer la cláusula de rescisión con su consentimiento. A las horas, en el mismo tenor lo hizo uno de sus representantes a la C.D. Vale afirmar nuevamente que las cláusulas de rescisión SÓLO tienen validez si los jugadores prestan su consentimiento para su ejercicio, y que en su mayoría las mismas no son impuestas por los clubes, sino por los representantes de los jugadores y en casos excepcionales.

Como muestra de dicha excepcionalidad, nuestra institución acaba de concretar la adquisición de Marco Torsiglieri y Mauricio Martínez, y en ambas operaciones no hubo ni cláusulas de salida impuestas ni cláusulas de salida pactadas.

Quizás sea momento de que todos los clubes del fútbol argentino, no sólo Central, asumamos la decisión de no aceptar cláusulas de rescisión ni en contratos de transferencia de jugadores, ni en renovaciones contractuales, a costa de que quizás esos jugadores no lleguen o no continúen en nuestra institución. Decisión que también implica que los clubes tengan el respaldo de sus socios e hinchas para no ejercer presiones involuntarias contra su propio club.

Cada persona es responsable de sus actos. Debemos entender y asumir que no hay ningún nombre propio por encima de Rosario Central."