Quilmes no levanta cabeza. La única vez que pudo hacer un buen partido en lo que va del torneo se durmió en los últimos minutos y terminó empatando 2-2 con Godoy Cruz, tras ir ganando por dos goles a cero.

San Lorenzo, por su parte, arrancó la competencia en la Segunda Fecha, con derrotas ante Racing y Banfield, logrando hoy su primer triunfo ante un equipo sin reacción. Pero la victoria de hoy no se debe solo a la ineficacia de su rival, sino a un gran planteo y algunos puntos altos, especialmente en el primer tiempo.

Justamente fue en esa primera etapa en la que llegaron dos de los tres goles del Santo, durante una ráfaga de buen fútbol y una gran presión ofensiva que ahogó a los hombres de Pablo Quattrocchi.

A los 22 minutos llegó el primer grito de la noche, a través de una gran jugada por izquierda de Gonzalo Verón, de gran partido, que envió un gran centro para Héctor Villalba que, entrando solo por el fondo, logró conectar de cabeza la pelota, haciéndola ingresar al arco "de pique al piso", complicando al arquero cervecero.

Apenas 18 minutos después llegó el segundo y Quilmes se hundió definitivamente, tras un gran remate del mismo Verón de afuera del área que el arquero no supo contener. Si ya le era imposible generar juego y acercarse al arco, el remontar un 0-2 iba a ser toda una hazaña. Y así se fue la primera mitad, con un resultado que hasta parecía poco para lo visto en cancha.

En el inicio del complemento no se observaban muchos cambios, ya que San Lorenzo estaba lejos de sentir piedad por su rival que intentaba generar fútbol más con ganas que talento. De a poco el encuentro se fue desinflando y los Cuervos bajaron la intensidad y dejaron hacer los del sur de la Provincia de Buenos Aires que intentaban llegar al arco de Torrico por todas las vías posibles.

Pero lejos estuvieron de descontar, tanto así que, a los 93, cuando el árbitro había señalado cuatro minutos de adición, Blandi se resbaló en el área de Quilmes, chocando luego con el arquero Benítez. Esta acción fue interpretada como falta del portero sobre el delantero azulgrana por el árbitro Álvarez que había quedado muy lejos de la jugada.

Él encargado de ejecutar el tiro desde el punto de penal fue el mismo de siempre, el que casi nunca falla, Néstor Ortigoza. Y no defraudo, rematando a la derecha de un arquero jugado sobre su palo izquierdo.

El 3-0 era inapelable y no había tiempo para más, siendo una victoria más que merecida para un San Lorenzo que quiere volver a ser el de la Copa Libertadores, justo antes del que será, quizás, el partido más importante del campeonato para los Cuervos: el clásico de local contra River Plate. Los cerveceros, por su parte, deberán replantearse muchas cosas de cara al choque con Tigre de la próxima fecha.

Gol de Villalba (0-1)

Gol de Verón (0-2)

Gol de Ortigoza (0-3)

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