Marrakech, Marruecos.- San Lorenzo no pudo lograr la hazaña. El milagro no llegó ni con el Papa y, en un partido muy chato, los merengues se impusieron por 2-0, con goles de Sergio Ramos, de cabeza, y Gareth Bale, con algo de suerte por la floja respuesta del arquero Sebastián Torrico.

El equipo español comenzó con mayor control de pelota e intentando imponer su juego sobre el de un San Lorenzo que se dedicó a esperar, aguantar e intentar no desordenarse, evitando que el Madrid tenga los espacios que requiere su juego.

A los dos minutos llegó la primera chance para los de la capital española. Perdió la pelota Juan Mercier en defensa, Ronaldo enfrentó al guardamenta azulgrana y asistió a Benzema, quien se tropezó y no pudo concretar.

Los Cuervos aguantaron el resultado y repelieron las constantes embestidas de Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Bale, pero, a los 35 minutos, llegó una contra bien manejada por el delantero francés, que habilitó al galés para que remate, encontrando bien ubicado a Torrico, que envió la pelota al córner. De ese tiro de esquina llegó el cabezazo de Ramos para abrir el marcador, tras un excelente centro de un especialista como lo es Toni Kroos.

Con el 1-0 ya hecho realidad, la Casablanca parecía querer llevarse por delante a su rival. Pero se chocaron con una línea defensiva férrea y unos volantes centrales (Néstor Ortigoza y Pichi Mercier) que, a pesar de algunos desajustes, dejaron la vida en cada pelota.

En el segundo tiempo, la historia se liquidó temprano. A los 51 minutos de partido, tras una serie de rebotes, la pelota le llega a Bale en el borde del área grande. El ex Tottenham Hotspurs remata sin fuerza, pero a Torrico se le excurre el balón entre los brazos y concreta el segundo tanto rival.

A partir de allí, el partido se convirtió en un ida y vuelta sin muchas ideas. El ingresó del Pipi Leandro Romagnoli en el Ciclón le dio más orden, más creación y más peso ofensivo a los de Edgardo Bauza, pero no alcanzó: un inquebrantable Iker Casillas y la falta de fortuna condenaron a los argentinos a conformarse con el segundo lugar ante el aliento incesante de los miles de hinchas azulgrana que colmaron Marruecos.

Esta, siendo la primera presentación de San Lorenzo en el Mundial de Clubes, dejó una imagen más que positiva, tras el decepcionante debut ante el Auckland City neozelandés, partido en el que no se jugó bien. Por parte del Real Madrid, suma un nuevo trofeo a su vitrina, el primero de esta edición, diferenciado de las tres Copas Intercontinentales que obtuvieron en 1960, 1998 y 2002.