El torneo llegó a su fin, los equipos comienzan sus vacaciones para llegar relajados a la pretemporada que comenzará dentro de un mes aproximadamente. Es por eso que sin competencias oficiales en el corto plazo, la sección de San Lorenzo analiza como fue el semestre del equipo de Boedo en cada torneo en el que participó. En líneas generales se llegó a la conclusión de que el pésimo desmpeño que demostró el equipo en la final ante Lanús no puede opacar el buen desempeño que tuvo a lo largo de estos meses que pasaron.

Marina Maiorano, coordinadora San Lorenzo VAVEL:

"No alcanzó para terminar en lo más alto"

San Lorenzo tuvo un semestre un tanto inestable, con rachas negativas y positivas, con la obtención de la Supercopa y la temprana eliminación en la Copa Libertadores.

El cambio de director técnico, que implementó un sistema de juego completamente diferente al que venía utilizando Edgardo Bauza durante los últimos dos años, causó estos altibajos por los que atravesó el plantel durante este semestre. La modificación fue de 180 grados y si bien los jugadores se adpataron rápidamente a los cambios; por momentos las ideas de Pablo Guede, como por ejemplo la línea de tres utilizada en la Copa Libertadores, generaban dudas e inseguridades en el equipo y esto se veía reflejado en el campo de juego.

Analizando el semestre en su totalidad, se puede decir que fue muy bueno, donde se consiguió la Supercopa y la clasificación a la Copa Sudamericana 2016 y la Libertadores 2017; aunque uno siempre se queda con lo último y la imagen dada en el partido ante Lanús generó más dudas que certezas y hasta la opinión de que varios jugadores ya cumplieron un ciclo con la azulgrana. 

Gladiola Madera, redactora San Lorenzo VAVEL:

No se debe valorar todo el torneo con base al resultado de la final que San Lorenzo perdió de manera desastrosa ante Lanús, pero no por ello se debe calificar el torneo con base en ese resultado. Pese a no poder coronarse como campeón, y al mal rendimiento en Copa Libertadores, donde no pasaron de la fase de grupo, el Ciclón tuvo un buen semestre.

Cabe destacar la obtención de la Supercopa Argentina 2016, con un contundente marcador de 4-0 contra Boca Juniors. Al final del 2015 se fueron hombres importantes y arribaron otros que se supieron adaptar a la camiseta azulgrana. Con Pablo Guede como nuevo entrenador y refuerzos como Cerutti y Belluschi San Lorenzo logró ser primero de la zona 1 y con ello clasificarse nuevamente a Libertadores para el 2017.

El título hubiera sido el broche para cerrar con excelencia, sin embargo lo logrado, con un entrenador nuevo y un estilo de juego diferente, dejará marca para el futuro del club.

Francisco Jordán, redactor San Lorenzo VAVEL:

A pesar de las dudas del verano, San Lorenzo tuvo un comienzo muy bueno con la goleada por 4-0 ante Boca Juniors y un auspicioso arranque en el torneo. Sin embargo, desde el empate con Huracán en la quinta fecha, el equipo bajó en el rendimiento y empezó a perder puntos. Empate con Gimnasia, derrota con Arsenal de Sarandí y Quilmes, que fue la más dura y la que hizo tambalear al entrenador Pablo Guede. A este momento, había que sumarle el mal andar del equipo en la Copa Libertadores, que finalizaría quedando afuera en fase de grupos.

Pero después de triste derrota con el Cervecero, el equipo levantó y con creces. Guede acomodó las piezas, dándole la titularidad a Juan Mercier, por ejemplo, y siendo un equipo más ordenado y equilibrado, además de que hubo como jugadores como Ortigoza, Belluschi, Blandi, Cerutti y Caruzzo en un gran nivel. Por otra parte, el haber quedado afuera de la Copa “ayudó” a apuntar todo al campeonato.

Así fue como llegaron las siete victorias consecutivas que incluían rivales como Godoy Cruz (era el líder de la zona), Rosario Central, Independiente y River, entre otros. Igual, no muchos le dieron el merito que merecía el equipo ya que se hablaba más de los fallos a favor de “Tinelli” que del buen juego de los de Guede.

Dependiendo de otro resultado, San Lorenzo llegó a la final del torneo merecidamente. Sin embargo, en la misma no estuvo a la altura y se vio superado siempre por un rival (Lanús) que jugó una verdadera final. Lamentablemente, esta última imagen puede empañar todo lo bueno que se había hecho anteriormente.

Anibal Marcos Serial, redactor San Lorenzo VAVEL:

San Lorenzo terminó primero en su zona y fue gracias al buen nivel que terminó encontrando el equipo con el correr de los partidos. Si bien tuvo encuentros donde no brilló y no jugó bien, se redondea un campeonato aceptable. Por desgracia, solamente faltó coronar este buen rendimiento con un título.

La actuación del equipo de Guede en la primera parte de la liga no fue del todo buena. De hecho, empezó con un empate en Paraná frente a un Patronato recién ascendido, y el equipo en esa ocasión fue superado por el cuadro local. Luego, consiguió una racha de tres victorias al hilo, sin ser un amplio dominador del juego, pero marcando y aprovechando las chances de gol que se presentaban. Le ganó a Sarmiento, Olimpo y Vélez. Sin embargo, por la Copa no iban las cosas de la misma manera. San Lorenzo no la pasaba bien en el ámbito internacional. Como si fuera poco, llega el empate con Huracán, donde los cuervos no pudieron aguantar el resultado y los de Parque Patricios le quitaban la posibilidad de seguir de racha victoriosa. Siguió la mala racha con un empate frente a Gimnasia y dos derrotas consecutivas (Arsenal y Quilmes).

A todo esto, Rosario Central y Godoy Cruz habían tenido un arranque mejor y se disputaban los primeros lugares. A pesar de esto, en la segunda etapa del torneo, el equipo cambió. Quedó afuera de la Copa Libertadores y se enfocó solamente en la pelea por el campeonato local. Siete victorias seguidas consiguió y un empate en la última fecha con Banfield, lo que le dio a San Lorenzo la posibilidad de jugar la final con Lanús (Puntero de la otra zona) y entrar a la Copa Libertadores 2017.

Ganó partidos importantes y se hizo fuerte ante la adversidad y los dichos de muchos de los periodistas y pseudo hinchas, que en vez de alentar, criticaban al equipo. Llegó a la final y la jugó muy mal, entregó poco y nada de juego, y le faltó mucha actitud. Lo que resulta una pena, ante el buen nivel que había encontrado el equipo.