Un grito de ilusión

Argentina venció a Bélgica 1-0 y se volvió a meter en una semifinal de Mundiales tras 24 años. El gol del triunfo llegó temprano a los diez minutos por Gonzalo Higuaín. El equipo albiceleste jugó de contraataque y a aguantar pero no sufrió grandes embates belga. Ahora vendrá la semifinal el miércoles, aún no se sabe si Holanda o Costa Rica.

Un grito de ilusión
Foto: Zimbio
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Por Fernando Torok

Veinticuatro años han pasado y aquí está Argentina. Nuevamente en semifinales, superando los malditos cuartos de final. Es un grito a la agonía, una escapada a las eliminaciones, una palabra de aliento y... el permiso para soñar. El equipo venció este sábado 5 de julio a Bélgica 1-0 con gol de Gonzalo Higuaín. No fue un partido vistozo, no fue un partido con jogo bonito, ni tampoco una imagen que será observada en todo el mundo como modelo a imitar. Pero es una imagen que quedará en la retina de todos los argentinos, sobre todos aquellos que tienen 28 años o menos y por primera vez pueden gritar "¡ESTAMOS EN SEMIFINALES!".

Desde el comienzo Argentina dominó las acciones. El equipo dirigido por Alejandro Sabella jugó al dominio de posesión y generar con el balón a los pies. Rápidamente llegó la apertura del marcador ya que a los diez minutos la albiceleste aprovechó una jugada fortuita. Di María intentó colocar un pase sobre la banda derecha a Zabaleta. El balón rebotó en De Bruyne y quedó en los pies de Higuaín. Ahí el Pipita aprovechó y definió cruzado para que Courtois no pueda hacer absolutamente nada.

Tras el gol, la albiceleste se replegó atrás y le cedió terreno a los belgas. Los europeos propusieron por las bandas con el juego de Hazard y Mirallas. Sin embargo, se encontraron con una defensa sólida que casi ni le ofreció chances. Cuando pudo sacar remates, Romero sacó bien. En ataque el conjunto sudamericano intentó bochazos largos a la espalda de la última línea roja, la cual estaba adelantada por la búsqueda del empate. Por momentos, Messi atrapó estos pases pero estaba muy solo adelante. Tuvo un tiro libre a sus pies, pero salió apenas arriba. La mala noticia cerca del descanso fue la lesión de Di María. Luego de perder un mano a mano, se retiró con dolores en la pierna derecha. Todo indica que solo fueron calambres. Su lugar lo ocupó Enzo Pérez.

El complemento fue una agonía, una repetición de los veinticuatro años que han pasado. Aguantar, tolerar, sufrir, soñar y esperar. El tiempo pasó y pasó. Bélgica intentó, con muchas limitaciones, encontrar ese hueco que le quite la sonrisa al rival. Pero las pelotas largas fueron cortadas por los centrales. Los jugadores pusieron lo que tuvieron que poner y los oponentes cada momento estaban más nerviosos. Argentina sobre el final encontró huecos que explotar en las bandas, pero no pudo aprovechar ni siquiera un mano a mano de Messi. A pesar de esto, los belgas jamás lograron tener la profundidad deseada.

14:50 en el país, pita Rizzoli... Las calles explotan y se vuelven a llenar de banderas, las imágenes del 78 y 86 vuelven. Las historias que cuentan los padres y abuelos ahora la viven los jóvenes. ARGENTINA ESTÁ EN SEMIFINALES Y LA ILUSIÓN NO LA QUITA NADIE.