La Selección Argentina Sub 20 llegó a Nueva Zelanda con la chapa de campeón y candidato. Luego de triunfar en el Sudamericano de la categoría que se disputó en Uruguay, se esperaba mucho de un equipo con muchas figuras, lideradas por Ángel Correa. 

La primer parada de la Albiceleste era Panamá, un rival accesible a primera vista. Sin embargo, las apariencias engañan y, tras 90 minutos muy disputados, el equipo de Julio Grondona empató 2-2.

El partido se presentó complicado, muy trabado y con una suerte particular para la Argentina: cada vez que lograba derrotar la defensa panameña, estos devolvían el golpe y empardaban el juego.

Así fue que Correa abrió la cuenta a los 14 minutos, tras una gran pared con Tomás Martínez. Cinco minutos después, Jhamal Rodríguez puso el 1-1 con un derechazo de afuera del área increíble e imposible de atajar para Augusto Batalla.

Luego del doble grito de gol, la cancha se convirtió en un sitio sin emoción, con pocas llegadas de ambos lados, control de pelota y problemas defensivos argentinos y mal ataque de los centroamericanos. 

Ya en el segundo tiempo, Panamá se animó a más y amenazó muchas veces a la zaga argentina. Recién a los 80 minutos, cuando faltaban 10 para el final, apareció nuevamente Angelito Correa para volver a dar la victoria a su equipo. Pero la historia seguía igual y, cinco minutos más tarde, otra vez empataron los del argentino Leonardo Pipino.

Tablas y decepción para un equipo que promete y mucho. Ahora, a pensar en Austria, para esperar, en la última fecha, al que es, a priori, el rival más complicado del grupo: Ghana. Quién sabe, si Panamá dio vuelta los prejuicios, tal vez los africanos no sean tan intimidantes.