El escenario fue el Mario Alberto Kempes, con un campo de juego maltratado por la seguidilla de partidos que venia teniendo, ya que no solo Belgrano utilizaba el estadio mundialista, sino que también lo estaba utilizando Talleres. Y a los 40 segundos nomás, Lucas Zelarrayán puso en ventaja al Pirata.
Tigre no daba pie con bola, y Belgrano se acobachó en su campo y salía de contra. Por el lado de los comienzo no fue para nada alentador para el Matador, ya que el Pirata se puso en ventaja antes del primer minuto de juego. Zelarayán fue una pesadilla para toda la defensa del conjunto tigrense; los únicos que intentaban darle juego eran Joaquín Arzura y Lucas Wilchez, pero se topaban siempre con la defensa aguerrida de los cordobeses.
El primer tiempo iba a llegar a su fin, y Belgrano convertía en figura a Javier García, que sacaba como podía, todo lo que llovía en el área y gracias al portero se fueron al descanso solo con un gol en contra.
En el entretiempo Gustavo Alfaro movió el banco y puso a Facundo Bertoglio en lugar de Walter Acevedo que no había tocado casi la pelota en el tiempo que estuvo en cancha. Con el ingreso del santafesino, Tigre tuvo otra cara y empujo a sus compañeros hacia delante. Y de los pies de él llegó el empate provisorio para el conjunto de Victoria. Con una gran jugada pudo abrir el marcador y darle un poco de aire al equipo.
Pero Alfaro no se conformó solo con eso y fue en busca del triunfo, mando a la cancha al colombiano Sebastian Rincón para darle más velocidad al ataque.
Tigre intentaba y exigía a Heredia (reemplazo a Olave que había sido expulsado la fecha pasada), de buen partido, mientras que el Pirata solo salía de contra.
Y de tanto buscar el arco rival, el elenco de Victoria tuvo su premio: Rincón que había ingresado en lugar de Leguizamón, a los 90´ puso a su equipo en ventaja 2-1 en el Mario Alberto Kempes.
Belgrano ya no tenía más tiempo, el partido que en el primer tiempo parecía controlado, el Matador se lo dio vuelta y se llevó a Victoria tres puntos que sirven en lo anímico para un plantel que venía golpeado por las derrotas.