El equipo local intentó ser protagonista en los primeros minutos, una de las premisas de José Flores para el campeonato. Jorge Correa, mediocampista de gran actuación, trató de ser, junto con Ariel Cabral, los creadores de juego. Ellos tuvieron las principales situaciones de gol: ambos remataron desde fuera del área pero Esteban Conde desvió sus disparos. Le costó a Vélez penetrar las dos líneas de jugadores que presentó Roberto Sensini para este partido.

¿La solución cual hubiese sido? Profundizar más por las bandas con Fabián Cubero y Emiliano Papa, aunque no pudo ser efectivo por la marca que empleaban los mediocampistas rivales, al igual que con Leonardo Rolón por derecha. Careció de profundidad, el término que se puede usar para analizar la primera parte del Fortín.

Para ello, se siente mucho la ausencia de Lucas Pratto por un lado, y por el otro, la soledad en la ofensiva, ya que, Milton Caraglio quedó muy solo por momentos y asfixiado por los centrales de Rafaela.

¿El visitante? Intentó ejecutar algún contragolpe cuando era necesario, y uno de ellos, casi da resultado, ya que la velocidad de Lucas Albertengo fue determinante ante las subidas provisorias de los laterales contrarios, y los dañó en más de una oportunidad. Sebastián Sosa fue clave en el local al atajarle un penal a Albertengo, una de los puntos altos.

¿Qué pasó en el área defendida por el arquero? Repasando: Facundo Cardozo quiso pasarle el balón a Ariel Cabral en la medialuna del área, la pelota rebotó en la cintura de él, el delantero Albertengo aprovechó el error y Sosa le cometió infracción. Desconcentración, visión errónea, son algunas de las características que ocurrió en aquel momento. Lo cierto es que el uruguayo se lució y desvió el tiro penal de Nicolás Orsini.

Para la segunda mitad, el juego de Vélez decayó y quedó en evidencia los inconvenientes defensivos que tuvo a lo largo de todo el partido. Facundo Cardozo y Sebastián Dominguez no podían parar a Albertengo, que con su velocidad era determinante. Nuevamente el chico Orsini tendría sus situaciones de gol, desaprovechándolas, pero no se le quita méritos al arquero del conjunto de Liniers, la gran figura.

El Turu Flores hizo ingresar al juvenil delantero Brian Ferreira, para tener más poder ofensivo. Cambió el esquema de juego (del 4-4-1-1, al 4-4-2). Otro de los defectos del local fue la pérdida del balón en la mitad de la cancha de manera rápida. Adrián Bastia (siempre atento) y Leonardo Royón fueron los encargados de la recuperación y de la creatividad del equipo. A su vez, Roberto Sensini siguió manteniendo el equilibro en todas sus líneas y con el mismo objetivo: presionar en todo momento y salir rápido desde donde se recuperaba el balón.

Con el ingreso de Guillermo Fernández, Atlético Rafaela tuvo cerca la victoria, que no llegó por la escasa profundidad hacia el arco contrario y por la buena noche de Sebastián Sosa.

Empate en el José Amalfitani, que los deja a ambos equipos muy cerca de la cima de la tabla de posiciones, pero con varios aspectos a revisar en los entrenamientos para el futuro de ambos en el campeonato. Otra no queda.