Será natural la indignación de los lectores cuando lean el título de esta nota. Y mucho mayor va a ser el disgusto cuando vean de que boca salieron esas palabras.

Raúl Gámez, era conocido como pistola en su época como barra brava. Hoy pareciera haber limpiado ya su nombre, gestionando y trabajando en el mundo del fútbol. Fue, inclusive, uno de los pocos dirigentes de nuestro amado deporte que se levantó contra el ya difunto presidente de la AFA, Julio Humberto Grondona, símbolo de la corrupción durante sus épocas de tiranía.

Pese a que reprochamos cada sílava que ha sido pronunciada en esa desafortunada frase, invitamos al leedor a contextualizar una oración que, breve y directa, abre el camino a muchas perspectivas.

Yo pacto con los barras. Lo hago para no pasar vergüenza (...) dijo el presidente de Vélez. Esta sentencia puede hablar por muchos de los dirigentes del fútbol argentino. Profundizando en el mensaje, esa frase refleja la soledad con la que muchos dirigentes deben lidiar a diario con respecto al tema barras bravas.

Y aquí inevitablemente debemos mencionar a Javier Cantero, ex presidente de Independiente. Solo, luchó contra la delincuencia en el fútbol y así le pagaron. Manchado por un descenso que nunca olvidará (ni él ni el hincha del Rojo (se fue por la puerta de atrás. Se podrá hablar de la soberbia y de la catástrofe futbolística, pero eso es otra cosa.

¿Qué palancas deben moverse en el fútbol argentino para que, por miedo y cada uno por su lado, los clubes deban negociar con los barras bravas? Estas personas no gratas en el mundo del fútbol, que no son más que delincuentes con bombos y redoblantes.

Debemos ser cautos y aclarar que para nada se estan justificando las delcaraciones de Gámez y mucho menos estamos limpiandolo de culpa y cargo.

Quizás sea como dicen muchos, que esto no es problema del fútbol sino que viene de más arriba. Además si viene uno y te hace lío, a las dos horas esta libre, ¿qué podemos hacer?, dijo Gámez. Se pasan la pelota unos a otros cuando en verdad la clave es trabajar en conjunto. ¿Cómo fue que se dejó ir así a Cantero, que fue desterrado sin que nadie le tendiese una mano?

Lamento decirlo Diego, pero la pelota esta manchada desde hace rato. Dirigentes e incluso muchas veces hinchas, alentando combates e incitando a la violencia, reivindican un accionar que cada día le hace peor al fútbol.  Y cada vez que en la cancha miremos la tribuna de enfrente y aquella siga vacía, sabremos que la delincuencia en este deporte esta ganando por goleada.