¿Qué se puede decir de Ramiro Cáceres? Poco. Pero ese poco, por más mínimo que parezca, encierra mucho. Contadas veces saltó a la cancha el joven futbolísta de Vélez. Tiene algunos goles marcados en primera y la calidad que tiene a la hora de jugar al fútbol es la de un diferente. Encarador, inteligente y de buen pié, toda la gente lo pide y desde hace rato, merece ser titular.

Cáceres siempre se vió tapado por jugadores ya consolidados. Pero ahora es el momento para un futbolísta que sobresale. En el partido de ayer entró unos minutos y recostado por el sector izquierdo, superó constantemente al defensor que lo marcaba y puso tres pelotas de gol en jugadas sucesivas, a un Pavone que por supuesto las dilapidó.

A un equipo lento como es este de Russo, el cambio de ritmo que propone Ramiro haría jugar a Vélez de otra forma. Rolón, Romero y hasta el escueto Asad son jugadores que le aportan esa velocidad que al conjunto de Liniers le falta. Y Cáceres hace falta en este equipo. Pero no desde ahora, sino que desde hace ya largo rato.

Pareciera ser que el reconocimiento para el jugador solo falta desde el banco de suplentes. Porque ayer, cuando ingresó en el último tramo del partido, los aplausos que bajaban de la platea fueron incontables y evidentes.

Sin Pratto en cancha, Vélez ya no tiene delanteros. Es hora del pibe Ramiro Cáceres.