Muchos lo conocen como el estadio de Vélez, otros como el José Amalfitani, recordando al gran dirigente del fútbol argentino, único e irrepetible. Lo cierto es que para los hinchas velezanos que acuden fin de semana por medio, es mucho más que eso. El teatro Colón de los estadios, como anuncia la voz del estadio en cada partido que el fortín juega allí, hoy está cumpliendo 64 años.

Empezando como un significativo anhelo de la dirigencia del club de Liniers, la construcción del templo fortinero, inició en 1947. Pero antes, en 1941, se consiguió la cesión  del pantano del Arroyo Maldonado. Fue el mérito de don Pepe y su gente, haber obtenido un terreno que para muchos, era irrecuperable.

En 1943 y luego de haber rellenado el espacio y haberle dado forma con los tablones del viejo Fortín, Vélez inauguró su humilde cancha en un amistoso ante River. En 1951 el club levantó un estadio renovado, de cemento. Solo el sector norte, que era platea, conservó los tablones. Esa tarde el equipo le ganó a Huracán por 2 a 0 con tantos del delantero Raúl Nápoli. En el medio, se había logrado en 1946, la compra del terreno en cuestión.

El estadio José Amalfitani fue testigo del mundial de 1978, es la casa oficial de la Selección Argentina Sub 20. Albergó y alberga en la actualidad, grandes bandas del mundo entero. Es uno de los lugares más extraordinarios para ver fútbol. Dicho por hinchas de todos los equipos, en Vélez "se ve bien de todos lados".

Lo que arrancó como un humilde sueño, solo pudo haber sido concretado por un hombre emprendedor que se desvivió por la V azulada y que aún hoy, tras varios años de su partida, es reconocido como uno de los mejores dirigentes que han pasado por este hermoso deporte a nivel nacional. A 64 años de un logro ejemplar, el aplauso es para Amalfitani, que descansa espiritualmente, en esa imponente estructura. 

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