Ilusión fue la sensación que causó la vuelta de Ricardo Álvarez a entrenar con el primer equipo de Vélez Sarsfield, por ahora con cautela ya que el jugador solo está usando las instalaciones de la Villa Olímpica para no perder ritmo de juego.

La  razón principal es que el jugador se encuentra en un litigio con el Sunderland, club ingles en el que estaba jugando, sobre esto Raúl Gámez opinó: "Es un sueño, por ahora le permitimos entrenar en nuestro club, estamos esperando que se resuelva lo de él en Europa, primero debe arreglar su situación con el equipo de Inglaterra, al igual que con el Inter de Milán, después de eso veremos si tenemos alguna posibilidad de incorporarlo". Dijo un reservado Gámez. Sería un sueño, dado el complicado panorama que tiene el conjunto de Miguel Ángel Russo en el presente, traer a un jugador de la jerarquía de Álvarez, sin mencionar el hecho de que es de la casa.

Por Liniers no quieren tener problemas con la FIFA, luego de los que tuvieron con Mauro Zárate. El sueño del equipo de la V azulada es que el jugador vista nuevamente la camiseta de Vélez, al menos por seis meses más, debido a que ese el tiempo que le queda en Inglaterra.  Por lo pronto los directivos del club le informaron a los del Inter que Álvarez está entrenando en el club, para que no haya sorpresas y mucho menos problemas. "El contrato del jugador es alto. Hoy se encuentra en una disputa con su club, no se sabe quien se quedará con sus servicios", aseveró Gámez.

Por último expresó su opinión sobre lo sucedido la semana pasada con el apriete de la barra brava contra los jugadores: "Cuando me enteré pregunté como fue. No fue agresivo, había un alambre de por medio que los separaba, pidieron que la entrega fuera máxima y que los resultados se dieran. No es bueno salir en los diarios por este tipo de cosas", sentenció el presidente la institución. Además aseguró que nunca volverá a ocurrir ya que tomaran las medidas necesarias para evitarlos.