Rory McIlroy sigue confirmando que está para grandes cosas en el circuito más importante del golf. El norirlandés, de 25 años, volvió a triunfar en un major luego de consagrarse semanas atrás en el Abierto Británico, y esta vez lo hizo en un final a puro drama en el PGA Championship. Las lluvias, la interrupción de casi dos horas (de las 12:53 a 14:40, horario local, según informa Golf Channel) y las demoras causadas agregaron la cuota de dramatismo en el Valhalla Golf Club de Louisville, Kentucky, Estados Unidos.
Tras una ronda de 66 (-5) golpes el jueves y dos de 67 (-4) en viernes y sábado, McIlroy llegó a la última jornada con una ajustada ventaja de un tiro sobre el austríaco Bernd Wiesberger, dos sobre el estadounidense Rickie Fowler y tres sobre el también estadounidense Phil Mickelson y el australiano Jason Day.
Sin embargo, el comienzo de la cuarta ronda no fue de lo mejor para McIlroy, ya que dos bogeys en los hoyos 3 y 6, hicieron que cediera la cima de la tabla en la primera mitad de la última vuelta. Pero el número uno del mundo pensaba dar pelea y en la segunda mitad de la ronda recuperó el liderazgo con un águila en el 10 y dos birdies en el 13 y el 17, y pudo festejar con un total de 68 golpes (-3) en la jornada final y un acumulado de 268 (-16) en el certamen. De esta manera, el norirlandés sumó el cuarto major de su carrera y el segundo en la temporada.
Detrás de McIlroy quedó el estadounidense Phil Mickelson, con un total de 269 (-15), y el tercer lugar los compartieron el norteamericano Rickie Fowler y el sueco Henrik Stenson, con 270 (-14).
Por su parte, Ángel Cabrera, único argentino en el certamen, debió abandonar la competencia a causa de una lesión en su hombro izquierdo. El Pato debió dejar de jugar cuando disputaba la segunda ronda (el viernes) con 12 hoyos jugados.