Ilusiones y desilusiones, alegrías y tristezas, regresos y despedidas, frustraciones y logros, todo esto y mucho más se pudo observar en esta segunda participación de Los Pumas frente a los mejores equipos del mundo. Esa victoria que tanto anhela el público argentino ha de esperar. Más allá de todo, el camino continúa afianzando.

Un torneo bastante extraño para Los Pumas que mostraron su mejor cara como también la peor. No iban a comenzar bien el debut, frente a Sudáfrica, que demostró su potencial de manera excepcional y demostró porqué es una de las potencias del rugby mundial. Argentina en aquel partido disputado en Soweto, hizo todo lo contrario a lo que venía haciendo: equivocaciones infantiles, fallas en los tackles e  incluso las formaciones no fueron efectivas. El seleccionado argentino arrancaba con el pie izquierdo y con una actuación que preocupaba a todos.

Pero como es característico en Los Pumas, le bastó una semana para reflexionar del encuentro anterior y ya instalados en Mendoza recuperaron la esencia para pelear el segundo partido del Rugby Championship. No le bastó. Argentina, volvió a equivocarse e iba a tropezar nuevamente. En estos partidos, una falla te perjudica, sumado a la calidad de los jugadores contrarios (en este caso Morné Styne), te hace perder partidos. Los Pumas malograron su chance a pesar de ir al frente casi todo el partido. No se tuvo la paciencia y la mentalidad necesaria para lograr una victoria justa.

En el tercer partido, se venía nada más y nada menos que los All Blacks, el equipo más poderoso del planeta. Llegaron a  Hamilton con el objetivo de realizar el mejor partido posible y por qué no, un histórico triunfo. No estuvo muy lejos de alcanzarlo, en un encuentro donde las fallas fueron protagonistas. Los de negros se equivocaron demasiado y los argentinos no aprovecharon. Un punto a destacar fue el scrum, Los Pumas fueron muy superiores e hicieron sentir el rigor a los jugadores neozelandeses. Y además empezaron a destacarse jugadores como Nicolás Sánchez y Pablo Matera, que en silencio iban aumentando su nivel.

Y llegaría el encuentro donde Los Pumas estuvieron a tan solo un punto de lograr su primera victoria en el torneo. Su gira por Oceanía terminaría en Perth enfrentando a una Australia caída y dolida por no encontrar su juego. Fue un partido parejo y duro, donde Argentina tuvo un buen segundo tiempo que casi logra una remontada tras el try de uno de los puntos más altos del plantel de Los Pumas: Juan Manuel Leguizamón.

El plantel dirigido por Santiago Phelan, volvió a la Argentina para encarar los últimos dos partidos del certamen. El primero frente a los All Blacks en La Plata y el otro en Rosario frente al conjunto australiano.

En el primero de los dos, Los Pumas jugarían un partido que fue de mayor a menos. El primer tiempo finalizó 9 a 11 abajo, resultado totalmente remontable y con un estadio que se caía abajo. Pero ciertas imprecisiones, sumado al potencial físico de los de negro, hizo sumar una nueva derrota.

Por último, los 'Wallabies', caídos y abatidos en los partidos anteriores. La adrenalina y los deseos de aprovechar el duro momento de Australia, no bastaron para superarlos. El conjunto visitante jugó su mejor partido, fue frontal y vertical en ataque y jugadores como Israel Folau, se despacharon y jugaron como nunca en el torneo.

Hay muchas cosas para destacar en los jugadores argentinos. Primero, la madurez como equipo en ataque con respecto al año anterior. Argentina, más allá de estar a la defensiva en grandes tramos de los partido, jugó mucho tiempo en campo rival. El segundo punto a rescatar dentro de las formaciónes fijas, fue el scrum. Como nunca antes visto, Los Pumas fueron muy contundentes e incluso superaron los packs de los equipos más poderosos  del mundo.

Y otros de los puntos a reconocer, un jugador que desde el silencio fue clave y fundamental. Se trata de Nicolás Sánchez. Nacido en Tucumán, el diez argentino debutó en Los Pumas el 21 de mayo de 2010 frente a Uruguay, su buena actuación en Los Pampas XV, hizo que Santiago Phelan lo convocara. Se hizo cargo del número 10 y lo asumió con total responsabilidad en el Rugby Championship y no defraudó. Tackleó, jugó, pateó a los palos, sin dudas, el mejor de todos.

Argentina, finalizó su segunda participación en el Rugby Championshio con facetas muy positivas como también negativas. Lo que queda más claro, es la permanencia de un camino que se afianza, que sigue hacia adelante y tiene un rumbo. Los Pumas están en plena evolución y en un periodo de cambios, que exige no solo esfuerzo y trabajo sino que también perseverancia y paciencia para llegar a los objetivos y para que esos sueños que años atrás eran imposibles, hoy, se hagan realidad.