Si los All Blacks de la última década necesitaban alguna prueba más para demostrar que son el mejor equipo de la historia era esta. Los hombres de negro salieron decididos a ganar una final que los tuvo como protagonistas desde el minuto cero. Con un Carter inspiradísimo que se ganó el premio de Man of the match por todo lo decisivo que fue, el apertura jugó el partido de su vida para (quizás) consagrarse como el mejor diez de todos los tiempos, el conjunto de de Steve Hansen brilló en Twickenham para consagrarse como el primer bicampeón en la historia de las copas del mundo.

Nueva Zelanda arrancó el partido de manera arrolladora. Si bien la diferencia de juego no fue llevada al marcador, los de negro tuvieron cinco minutos de furia que se llevaron puesto al conjunto australiano. Sin embargo, de la mano de la brillante tercera línea wallabie y una defensa que fue un muro, los amarillos pudieron equiparar el cotejo. Aunque tras tanto insistir el conjunto de Steve Hansen logró marcar un espectacular try en el ocaso del primer parcial cuando Milner-Skudder apoyó la pelota en el Ingoal.

En el complemento se hizo presente la remontada australiana. Los Wallabies llegaron a ponerse a solo 4 puntos de los All Blacks gracias los tries de David Pocock y Tevita Kuridrani. Sin embargo, apareció Dan Carter con un drop desde casi mitad de cancha, que sin dudas quedará en la historia, para sacar 7 de luz y fue en ese momento cuando los All Blacks se dieron cuenta que ese partido no podía escapar y con la corrida final de Beauden Barret sentenciaron el resultado de 34 a 17.   

Puede que hoy se haya visto la mejor final de todos los tiempos. El juego que mostraron ambos equipos fue espectacular. Los All Blacks son mejores y hoy lo dejaron fuera de discusión al doblar en puntos a su rival. Ahora llegará el horrible momento de decir adiós. No solo a este brillante mundial, sino a referentes que se despiden como Carter, Richie Mccaw y tantos otros, que se van con la copa del mundo.