Final del primer tiempo. En el estadio José Amalfitani, Argentina perdía 29-3 ante Nueva Zelanda, el seleccionado más poderoso del planeta rugbístico. Parecía que se venía la debacle. En la abarratoda tribuna de prensa, los periodistas empezaban a consultar cuál había sido la mayor goleada en el historial entre albicelestes y kiwis. El dueño de casa, con Agustín Creevy a la cabeza, no daba señales de vida, y mucho menos de reconstrucción. La visita, en cambio, aprovechaba cada situación de try para demostrar quién es el que manda en el Rugby Championship. 

Las casi 32.100 personas que se acercaron a Vélez para observar la quinta actuación de la Argentina en este certamen (y la última como local en el 2016) deseaban que el equipo conducido por Daniel Hourcade apele a lo que siempre está en el botiquín de auxilio: el orgullo Puma, aquel al que siempre se acude cuando "las papas queman". 

Cuando el cotejo se encaminaba a ser un monólogo de Kieran Read (capitán de los All Blacks) y compañía, Los Pumas se fortalecieron psicológicamente y, por momentos, sometieron física y rugbísticamente a los actuales bicampeones del mundo. Con Facundo Isa y Joaquín Tuculet como protagonistas principales en cada una de las dos obras, los capitaneados por Agustín Creevy lograron aterrizar en el ingoal rival en dos ocasiones, algo que parecía utópico en los minutos previos. Es más, y pudo haber una o dos conquistas más, en caso de que hubiesen estado más finos a la hora de tomar ciertas decisiones que en la élite juegan un papel preponderante. 

Lo cierto es que los locales, sin haber tenido su mejor tarde-noche, pusieron en aprietos a los "Hombres de Negro" en varios pasajes del partido, más allá de que estos hayan sido dignos y merecidos vencedores en el estadio José Amalfitani, el hogar del reconocido Club Atlético Vélez Sarsfield. Quizá por el rival (o quizá no), los sudamericanos no pudieron redondear una mejor actuación desde lo numérico. 

Dentro de seís días, en Londres, el adversario de turno será Australia. Frente a estos Wallabies que no vienen teniendo una gran temporada con Michael Chieka a la cabeza, la posibilidad de finiquitar la tarea en el campeonato sureño con un éxito es una posibilidad concreta y no efímera como lo era tiempo atrás. Para conseguir el segundo triunfo en esta edición del campeonato que organiza SANZAAR, el máximo representativo de la UAR deberá, entre otras cosas, construir a partir de la actitud, un aspecto que hoy no se negoció.