David Ferrer siempre es candidato en polvo de ladrillo. Esta vez lo demostró ante Fognini, un rival que venía de vencer nada más ni nada menos que a Rafael Nadal en semifinales. Ferrer dominó las acciones desde el comienzo haciéndose fuerte desde su saque, para que luego de casi una hora y media de juego logre imponerse en tierras cariocas.

Es el segundo troneo que gana el valenciano en lo que va del año. El anterior había sido en Doha, en enero. Aunque está lejos de los primeros tres puestos del ránking, su objetivo a corto plazo será meterse en el lote de los de arriba.

Ya con 32 años, el español sigue intacto en sus movimientos. Es casi una pared jugando sobre polvo, devuelve tiros imposibles y a través de sus "passings" se hace imbatible desde la línea de base. Su próximo torneo será en Buenos Aires, donde intenterá repetir lo hecho el año pasado cuando logró el título.