En una tarde en la que su remera naranja brilló más que su tenis, el suizo se libró del fantasma que acarreaba desde el inicio del año, cuando Seppi lo sacó de combate en la cuarta ronda del Australian Open.  Fue un frío 6-3 6-4, a favor del tetracampeón del torneo.

Lo cierto es que nadie recordará el encuentro por su lucidez, mucho menos los protagonistas. Porque del match se hicieron dueños los errores, la falta de eficacia y la desincronización de ambos tenistas. Sólo con decir que Federer tuvo 32 errores no forzados, denota que la precisión no se hizo presente en la jornada californiana. El intermitente primer set se definió en el momento en el que el helvético quebró al italiano, para luego cerrar el parcial con su saque dibujando un 6-3 en la pantalla. La escaza resistencia del número 33 del ranking ATP declinó totalmente en el bloque final. Federer pisó fuerte desde el principio, haciéndose del servicio del rival en el tercer game y marcando el invariable rumbo del juego. A pesar de desaprovechar tres pelotas de partido en el último juego de saque adversario, Roger cerró con el suyo la victoria, contabilizando una cifra final de 19 winners.

Ahora, se enfrentará en Octavos al estadounidense Jack Sock, que viene de eliminar a Bautista Augut en una prolongada cita. ¿Más adelante? Un probable cruce en semis con el clásico contrincante español, Rafael Nadal.