El segundo encuentro de la jornada de cuartos de final en el Masters 1000 de Monte-Carlo era la gran promesa tenística del día. Rafael Nadal, ganador en ocho ocasiones consecutivas (2005-2012), se enfrentaba a Stan Wawrinka, campeón en la edición 2014. Considerando que este cotejo se iba a disputar en el contexto del inicio de la preparación para Roland-Garros, torneo que el mallorquín alzó en nueve oportunidades y del que el suizo es el campeón defensor, la expectativa era muy alta. Pero se cumplió en cuenta gotas.

Desde el inicio, pudo divisarse una versión del manacorí más cercana a la del que lo convirtió en el “rey de las tierras batidas” que de la del hombre que sufrió en su retorno al circuito la temporada anterior, luego de una inactividad, primero, por lesión, y luego, por enfermedad (apendicitis). Gran regularidad (3 errores no forzados a lo largo del primer parcial) y profundidad en sus impactos, no perdonando cuando la oportunidad se presenta. En contrapartida, Wawrinka perdió la paciencia rápidamente, la lucidez en sus impactos (15 errores) y terminó la primera manga buscando responsables externos, ya sea discutiendo con el juez de silla o rompiendo una raqueta. Como consecuencia, Nadal se lo adjudicó, con dos quiebres en tres oportunidades, 6-1 en apenas 27 minutos.

En el segundo parcial, Stan buscó reinsertarse en el encuentro. Sin embargo, Nadal no cedió en su intensidad y lo exigió en cada turno de servicio hasta quebrarlo en el quinto juego, en el primer break point que se le presentaba. En ese entonces, Rafa jugó con mayor soltura, cometiendo algún error de más, y Wawrinka arriesgó todo. Y acertó. Lo que le permitió recuperar el quiebre, confirmar la recuperación salvando 2 oportunidades en contra y adelantarse por 4-3. Llegada la definición de la segunda manga, el español ajustó su plan de juego, sostuvo sus servicios y con un quiebre en el noveno game se llevó el partido con un marcador final de 6-1, 6-4 en una hora y 17 minutos.

De esta manera, Nadal obtuvo el triunfo número 56 de su historial en este torneo, de los cuales 46 fueron consecutivos durante el período 2005-2012. Su rival en la instancia de semifinales será Andy Murray, a quien adelanta por 16-6 en los enfrentamientos personales. Curiosamente, será la tercer semifinal que disputarán en Monte-Carlo, luego de sendas victorias del mallorquín en las ediciones de 2009 y 2011. Pero el último encuentro jugado sobre polvo de ladrillo, en la final de Madrid 2015, fue para el escocés (6-3. 6-2).