El Masters 1000 italiano ya tiene a sus dos finalistas. Como ocurrió la semana anterior en Madrid, los protagonistas serán el número uno del mundo, Novak Djokovic, y el número dos, Andy Murray. Ambos desembocaron a la instancia final por dos caminos totalmente opuestos.

En el primer turno jugaron el británico contra la joven sorpresa Pouille, que entró al cuadro principal como Lucky Loser (LL) por la lesión de su compatriota Jo-Wilfread Tsonga. Al ser Tsonga un preclasificado, Pouille desembocó directamente en 2da ronda. Luego, tejió un gran partido contra el español David Ferrer y llegó a semifinales sin haber jugado cuartos de final, tras la lesión de Juan Monaco. En resumen, perdió en la clasificación, entró al Main Draw como LL y logró semifinales habiendo ganado un solo partido. Mas Lucky que nunca. Sin embargo, pareció que jugar tan pocos partidos y enfrentarse al segundo mejor tenista del mundo no fue una buena combinación ya que el francés fue una sombra. El escoces no tuvo piedad y en apenas 59 minutos selló el partido 6-2 y 6-1 a su favor.

Bien distinta fue la situación en la segunda semifinal. El nipón hizo transpirar de lo lindo al serbio, lo obligó a jugar tres sets e incluso dispuso de un match point. A pesar del gran partido del asiático, Djokovic elabora puntos como nadie actualmente puede. Con una actidud aguerrida y una defensa que cada día parece más inquebrantable dió vuelta el partido y pudo definirlo en el tie-break del tercer parcial, estableciendo el resultado final: 2-6, 6-4 y 7-6(5).

Con esta victoria, el balcánico llegó a su 91° final, superando a Andre Agassi. Ademas, consiguió su 42° final en torneos Masters 1000, empatando a Rafael Nadal y Roger Federer en el primer lugar. Si gana el torneo puede convertirse en el primer jugador de la historia en superar los 100 millones de dólares en premios.

Por el lado de Murray, escaló a 18 finales Masters 1000, la primera en Roma. Mañana intentara ganar el torneo por primera vez en su cumpleaños numero 29.