No hay duda de que Golden State, con y sin Curry, es un gran equipo. Pero sí que muchos esperaban, al menos de principio, una mayor resistencia por parte de los Blazers. Puede que fuera el cansancio. Los Warriors descansaron cuatro días hasta el partido de hoy mientras que Portland solo tuvo un día y medio recuperación después de vencer a los Clippers el pasado viernes. Sea como fuere, los chicos de Steve Kerr no encontraron rival en ningún momento.

Inicio frenético de los locales, sobre todo porque Klay Thompson se vistió de Stephen Curry aceptando el reto, una vez más, de ser el líder de los Warriors. 8 puntos en apenas dos minutos para él, toda una declaración de intenciones para el resto del encuentro. Todo lo contrario le ocurrió a Portland, que no encontró situaciones claras de tiro en ningún momento del primer cuarto. La distancia fue creciendo debido a las segundas opciones que concedieron los Blazers. Además, cuando mejoraron la defensa sobre los triples de Thompson, este se fue al poste para aprovechar su superioridad física sobre los exteriores de Portland. En cambio la defensa de Golden State se erigió como una auténtica muralla infranqueable para los visitantes. El inicio de partido recordó al primer cuarto del encuentro de ayer entre San Antonio y Oklahoma. 37-17 en el Oracle Arena tras los 12 primeros minutos.

El encuentro para los Blazers comenzó en el segundo cuarto. El cambio de actitud fue evidente. Un mayor acierto en el tiro y unas cuantas buenas defensas permitieron a los de Portland reducir la ventaja hasta los 13 puntos. Pero hasta ahí llegó la ilusión visitante. Portland encadenó varios tiros fallados y sin aparente esfuerzo los Warriors volvieron a incrementar la ventaja. Green y Bogut se hartaron a poner tapones y Lillard llegó al descanso con solo dos lanzamientos anotados en sus 11 intentos. Aminu y Crabbe fueron los únicos con relativo acierto. 14 puntos por delante al descanso. Todavía parecía, al menos en ese momento, que había partido.

Los Warriors no quieren sustos

Pero los Warriors no estaban por la labor. Un parcial de diez a cero en los primeros minutos del tercer cuarto resultó un golpe al partido casi definitivo. El tímido acercamiento del segundo cuarto pareció un espejismo. La realidad era otra. Los locales dieron una gran sensación de superioridad en todo momento y, cuando el partido lo requirió, apretaron los dientes para marcar distancias. Entre tanto, Draymond Green comenzó a dibujar un nuevo triple doble. Por el contrario, Lillard y McCollum presentaban un 3/15 y un 2/9 en tiros de campo. Además Klay Thompson seguía inspirado y antes de terminar el tercer cuarto ya superaba la trentena de puntos.

El último cuarto solo sirvió para que los Blazers redujeran un poco la ventaja. A falta de seis minutos Lillard anotó dos triples seguidos y puso a su equipo a 15, pero rápidamente los Warriors reaccionaron y cortaron cualquier opción de remontada. Klay Thompson llegó hasta los 37 puntos y Green finalmente pudo conseguir su triple doble. El Oracle Arena disfrutó hasta el último momento de un equipo que ha demostrado en la última semana que es capaz de jugar bien pese a la ausencia de su gran estrella.

Por su parte, Portland Trail Blazers deberá cambiar mucho su planteamiento si quiere tener opciones en la eliminatoria. La parte positiva es que difícilmente volverán a tener un encuentro con tan poco acierto. Prácticamente ningún jugador estuvo al nivel que puede dar. La serie continuará el próximo martes con el segundo partido, que también se disputará en el Oracle Arena. Una nueva oportunidad para ver si la serie está viva.