La herencia Valdemar: fallida superproducción de terror española
Cartel de "La herencia Valdemar"

El director novel José Luis Alemán, es el responsable de La herencia Valdemar, un díptico de terror compuesto por dos películas estrenadas en años consecutivos, 2010 y 2011, basado en los mitos de Ctulhu del célebre escritor Howard Phillips Lovecraft.

Alemán pretendía dar un impulso al cine de terror realizado en España. Para ello contó con un gran presupuesto, que superaba los trece millones de euros, el cual empleó por completo en confeccionar unos magníficos efectos especiales, apartado en el que esta producción debe ser tenida muy en cuenta.

Pero una gran película no es fruto de los efectos visuales o técnicos, sino de la historia que narra. Le ha ocurrido a grandes superproducciones mundiales, como la última entrega de Transformers en el actual verano y le ha sucedido también a Alemán, en este filme mucho más modesto. El primer error llega al dividir la película en dos partes. A buen seguro, muchos espectadores sentirían, tras visionar La herencia Valdemar, que les estaban tomando el pelo, ya que no termina.

Como si de una mini-serie televisiva se tratara, el primer capítulo de La herencia Valdemar deja toda la trama inconclusa, colocando al final el siempre temido "continuará", además de un pequeño avance de lo que sucederá en la siguiente entrega. En una serie de televisión es lógico, ya que la diferencia en el tiempo entre capítulos suele ser de una semana. Pero esperar todo un año para conocer la resolución de un filme, no es algo que despierte gran expectación. Tal es así que el público castigó de forma implacable el segundo estreno, en enero de este año, pues únicamente recaudó doscientos mil euros en taquilla en su primer fin de semana, a pesar de contar con la nada desdeñable cifra de 140 copias para ser exhibida en los cines.

Tratando ambas películas como un todo (que es lo que realmente pretendía Alemán), la historia relatada tiene dos partes: una en clave de flashback, explicando todas las vivencias y errores cometidos en el pasado por Lázaro Valdemar y otra que narra una serie de acontecimientos actuales, derivados de lo que el citado personaje de Valdemar comenzó en su día, al jugar con magia negra y elementos similares.

La mala adaptación de los contenidos de H.P. Lovecraft salta a simple vista, ya que el novelista estadounidense escribía acerca de seres primigenios extraterrestres y no de demonios y espíritus, que es de lo que va la película de José Luis Alemán. Además del mal uso de todos estos elementos, utilizados sin ningún sentido ni orden a lo largo de ambas películas. Además el guión, en muchos casos, parece de chiste, con diálogos irrisorios, personajes reales como Bram Stoker o el propio Lovecraft mezclados con personajes de ficción y una trama, en líneas generales, absolutamente confusa, que no va a ningún sitio. Asimismo, se observa una total falta de originalidad. Baste sólo con mencionar que el título de la segunda parte, La sombra prohibida, fue fruto de un concurso popular.

Y para terminar, con respecto a los actores, el fallecido Paul Naschy y José Luis Torrijo son los únicos que se salvan de la quema, ya que el resto de intérpretes adolecen de uno de los grandes males de los actores televisivos de la ficción española: la falta de pausa a la hora de declamar, lo que deriva en actuaciones completamente forzadas y nada creíbles.

Así pues, La herencia Valdemar es todo un desperdicio: un presupuesto muy alto para el cine español, pero una evidente falta de talento cinematográfico. Quizá José Luis Alemán debería dedicarse a la producción y destinar sus fondos, si es que todavía puede conseguirlos, a profesionales de entidad.

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