A Julius Yego le llaman 'Mister Youtube' porque es un hijo de los nuevos tiempos, la globalización, la expansión de internet que permite que lleguen hasta Kenia las enseñanzas de una especialidad con tradición casi exclusiva en Europa, y más concretamente en los países nórdicos. De allí es Andreas Thorkildsen, el doble campeón olímpico en Atenas y en Pekin, el único hombre hasta hoy en mandar la jabalina más lejos de los 90 metros en esta década, el noruego que ostentaba hasta hoy el récord del estadio de Birmingham, escenario de la quinta etapa de la Liga de Diamante, y el maestro involuntario de Yego. Los videos del escandinavo inspiraron al joven keniata, que así aprendió a lanzar la jabalina en una potencia del fondo y del mediofondo, del correr por caminos, pero sin entrenadores de una disciplina tan técnica. Yego es el atleta keniata más corpulento que se recuerda en un país de corredores tirillas. Su cuerpo orondo supera incluso al de los mejores jabalinistas del mundo. Más cerca de algunos de ellos aprendió durante un año en Finlandia, el país que más ama la especialidad, gracias a una beca de la IAAF, a la que no le pasó por alto su progresión.

Yego es el atleta keniata más corpulento que se recuerda en un país de corredores tirillas

Entró en la élite mundial en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde ya pasó los 80 metros. Un año después, se quedó cerca de las medallas en el Mundial de Moscú. El curso pasado venció en los Juegos de la Commonwealth en Glasgow y ayer, después de colocarse líder de la prueba con 86,53 metros, se reservó para algo grande en el último intento. Necesitaba superarse porque el checo Vitezslav Vesely, triunfador el jueves en Roma, mandó el artefacto hasta 88,18 metros. Yego entonces estiró el brazo más que nunca, hizo volar alto la jabalina mientras todo su cuerpo se desequilibraba sin caer, por el algo está tan fuerte. La lanza voló hasta los 91,32 metros, la novena marca más larga de la historia, pero se clavó justo en el límite del terreno delimitado para la prueba. Yego se cabreó con el nulo inicial, tuvo que ir hasta el lugar de la clavada y discutir largamente con los jueces, que ya acabado el mitin, le validaron la marca, con la que volvió a batir el récord de África y a instaurarse en una nueva dimensión, la de los 90 metros de Thorkildsen, su profesor a miles de kilómetros.

Yego salvó una prueba de la Diamond sin españoles y sin grandes marcas, después de que se repitieran muchas de las pruebas y protagonistas del pasado jueves en Roma. En tres días cambia bastante el panorama atlético. El mismo Yego perdió ante Vesely. Aunque siempre hay excepciones, como la croata Sandra Perkovic, que desde los 67,92 metros de la capital italiana progresó hasta los 69,23 metros. Claro que su propio límite este año está más lejos, en los 70,08 que tiró en marzo en su Split. Sin rivales en la Diamond, la balcánica acumula ya cuatro de las cinco mejores marcas de esta temporada en el lanzamiento de disco, camino de su segundo oro mundial. 

Mediofondo lento

Tampoco tuvo rival la holandesa-africana Sifan Hassan, que golpeó los 1.500 metros. Reventó la prueba con la sueca-africana Abeba Aregawi y la descolgó a falta de media vuelta. Entró triunfante, como una velocista, en 4.00.31. El guión se repitió en los 5.000 metros masculinos, donde el keniata Thomas Longosiwa siguió la estela de su compatriota Isaiah Kiplagat Koech y lo superó en una última vuelta de 57 segundos (13.07.26). La Kenia de Yego también ha llegado a los 3.000m obstáculos femeninos, territorio etíope en 2014. Virginia Nyambura repitió su victoria de Roma. Todas se ahogaron en la última ría y no encontró rival en la última recta, pese a su discutible técnica con los obstáculos. Venció, eso sí, en una carrera notablemente más lenta (9.24.01). 

Dos bajas de última hora rebajaron el caché de los 800 y los 1.500 metros: Aman y Farah. Ganaron Amos y Magut

Dos bajas de última hora rebajaron el caché de los 800 y los 1.500 metros. Sin el etíope Mohammed Aman, el botsuano Nijel Amos cumplió con su favoritismo lejos del dictado de las liebres (1.46.77) después de aguantar la embestida de Adam Kszczot, el más veloz en la última recta. En una carrera lenta para la costumbre, él y su inseparable Marcin Lewandowski aprovecharon su superioridad táctica sobre el resto de africanos.  En los mismos parámetros se movió el kilómetro y medio, con victoria del keniata James Magut (3.37.61) ante la ausencia de Mo Farah, que debía retornar a la prueba después de las acusaciones de dopaje a su entrenador, Alberto Salazar, en un reportaje difundido por la BBC esta semana.

Velocidad accidentada

La emoción llegó en la velocidad. Jeneba Tarmoh repitió victoria en los 200m, aunque necesitó la foto finish, ya que marcó el mismo tiempo que Allyson Felix (22,29 segundos) y un segundo más que la británica Dina Asher-Smith. Felix sabe que tiene que volver a correr en menos de 22 segundos como hace unas semanas en Doha para no encontrarse estas sorpresas. En 100 metros vallas, tras la accidentada carrera de Roma, Stowers, que acabó allí en el suelo, fue descalificada por salida nula. Sin ella, el fenómeno de la temporada, Dawn Harper-Nelson pudo restablecer la jerarquía del año pasado (12,58 segundos) ante Briana Rollins.

Adam Gemili tuvo una tarde agridulce: bajó de 10 segundos pero se retiró en silla de ruedas

Tampoco faltaron sustos en los 100 metros lisos, donde la ausencia de Justin Gatlin abrió la carrera y permitió unas cuantas marcas personales. Ganó el americano Marvin Bracy (9,93s), por delante del británico blanco Adam Gemili, otro por debajo de los 10 segundos (9,97). Pese a la alegría, un tirón en el sprint le hizo rodar por los suelos, por lo que se retiró en silla de ruedas. Otra marca destacable fue la de la jamaicana Kaliese Spencer en los 400 metros vallas, que venció con 54,45 segundos. Más flojos fueron los lisos, donde a su compatriota Stephanie McPherson le bastaron 52,14. Fuera de las pruebas puntuables, Orlando Ortega se impuso en los 110 metros vallas con su marca habitual este año (13,20s) y la keniata Eunice Sum repitió en los 800 metros (1.59.85).

Rutherford vuela lejos

De vuelta a los concursos, a Eusebio Cáceres le van surgiendo más rivales para cuando regrese a la longitud. El campeón olímpico, el local Greg Rutherford, voló hasta 8,35 metros. Más lejos llegó el americano Michael Hartfield, pero no ajustó bien, así que se quedó en 8,23m. Otros nuevos en el escenario son el británico Dan Bramble (8,17m) y Tyrone Smith, de Bermudas (8,14m). En triple salto se impuso Christian Taylor sin el cubano Pichardo (17,40 metros). En mujeres, la brasileña Fabiana Murer venció en pértiga (4,72 metros) ante el mal momento de las griegas. Sin Beitia ni Vlasic, la polaca Kamila Licwinko venció en altura (1,97m) y en peso la alemana Christina Schwanitz no tuvo rival (19,68m).