Hay vida en el salto de altura más allá de Mutaz Essa Barshim y Bohdan Bondarenko, el catarí y el ucraniano que desde hace más de un año llevan protagonizando el gran duelo del atletismo mundial sobre un listón. Un enfrentamiento que ha entrado en un interruptus durante esta temporada de verano, tanto que este jueves en Oslo, en la sexta etapa de la Liga de Diamante, y contra todo pronóstico, una de las sensaciones del año, hasta ahora a la sombra de los colosos, el chino Guowei Zhang, venció ante todos los doscuarentametristas, pues además estaban el ucraniano Andriy Protsenko, el ruso Ivan Ukhov y el canadiense Derek Drouin, todos atascados por debajo de 2,30 metros.

No necesitó Zhang firmar una proeza en el saltómetro para imponerse. Le sirvió con 2,36m, ni siquiera su marca del año, pues voló dos centímetros más hace 12 días en Eugene para ser segundo. Se encontró vencedor una vez eliminado el catarí Barshim, que ya cayó con estrépito hace cuatro días en el campeonato asíatico en un día lluvioso, en 2,36m después de precipitarse contra el listón y de que Bondarenko se estrellase hasta tres veces con 2,38m. Parecía mejor el ucraniano que en las últimas actuaciones en el inicio, pero acabó pagando su mala estrategia de saltarse alturas. Al pasar de 2,36, con sus 2,34m quedó quinto y no pudo disputar la victoria al chino, que disfrutó más que nunca con su habitual despliegue festivo. Es Zhang un atleta peculiar, con tendencia al espectáculo. Tras cada salto válido deleita al público con un baile sobre la colchoneta. Alejado del habitual carácter tímido del atleta chino, el nuevo talento de la altura de 24 años necesita a la grada para comprobar su alegría.

Récord de Israel

No fue la del asiático la única extrañeza en la tarde de los Bislett Games, la reunión en la que una israelí ganó en jabalina y una británica blanca venció a las africanas en los 1.500m. Marharyta Dorozhon batió el récord nacional del país judío con 64.56m continuando una escalada primaveral en la que en cada actuación se ha superado. Ante el naufragio general de las grandes, Barbara Spotakova (3ª), Christina Obergfoll (7ª) y Maria Abakumova (10ª), su progresión la sirvió para vencer en la Diamond. Lo de Laura Muir se puede interpretar más como un ataque de romanticismo con final feliz. Se marchó la escocesa de todas ante la relajación del grupo y aguantó al final la embestida de la keniata Faith Kipyegon en la última recta. Le faltaron diez metros a la africana para vencer, pero Muir entró vencedora gracias a su arrojo rozando la barrera de los cuatro minutos (4.00.39).

La británica Laura Muir pudo con las africanas de los 1.500m por su arrojo

Otro africano, el triple campeón olímpico keniata Asbel Kiprop entró en la meta de los 3.000m obstáculos observando la espalda del catalán Ángel Mullera, que logró el pasaporte para el Mundial de Pekin a la vez que la mínima para los Juegos Olímpicos de Río 2016 por tan solo cinco centésimas (8.27.95), poco más que la exigua diferencia que el miércoles en Huelva dejó a Abdelaziz Merzougui y Fernando Carro sin la mínima en la prueba. No está en su mejor momento Kiprop, pero no faltan keniatas dominantes. Jairus Birech volvió por sus fueros (8.05.63), venciendo en solitario muy por delante de Conseslus Kipruto y el veterano Paul Kipsiele Koech.

Vuela Rutherford, se bloquea Cáceres

El otro español en Oslo puso el contrapunto. Se esperaba mucho de Eusebio Cáceres tras su rápida carrera de 100 metros en Salamanca hace unos días, pero se estrelló en su primer concurso de longitud del verano ante lo más granado del orbe. Con el viento en contra, no quedará lo ocurrido en el foso para la memoria. Ni el triplista Christian Taylor de los 18 metros, ni el sudafricano Godfrey Khotso Mokoena ni el sueco Michael Torneus lograron pasar de los 8 metros, aunque aún así dejaron muy atrás a Cáceres, atascado entre los seis y los siete metros y último (7,69m). "Vaya saltos que me he pegado, marcas que no reflejan nada a mi ver, Tiempo al tiempo", reflexionó el saltamontes de Onil tras una competición donde solo brilló, como en Birmingham el domingo, el británico Greg Rutherford (8,25m).

Kaliese Spencer marcó en los 400 metros vallas la única mejor marca mundial del año

Con el aire pululando por la capital noruega, en el panel de marcas solo destacaron, de hecho, los 54.14s con los que la jamaicana Kaliese Spencer repitió la victoria del domingo con el mejor tiempo del año, el mejor registro personal del bahameño Steven Gardiner para ganar unos 400m (44.64) sin Kirani James ni LaShawn Merrit, los 20.14m con los que la alemana Christina Schwanitz vención en peso y los 14.21.29 de Genzebe Dibaba en los 5.000m, más de 17 segundos más rápida que la segunda. El de la pequeña Dibaba terminó por ser el séptimo mejor de la historia, pero tuvo el sabor amargo del segundo intento fallido sobre el récord mundial de su hermana mayor Tirunesh también en Oslo hace siete años (14.11.15) tras la decepción de Eugene (14.19.76). No pudo con su acometida en solitario Genzebe después de que la libre tuviera que retirarse antes de tiempo y los cinco kilómetros terminaran por hacerse demasiado largos. A su monólogo le contrarrestó la habitual prueba que cierra el mitin, la Dream Mile, la milla en la que Asbel Kiprop (3.51.45) se impuso sobre la meta sobre Silas Kiplagat y el belga Pieter-Jan Hannes.

Ibargüen, imbatible

Menos destacaron las victorias del polaco Robert Urbanek (63.85m) a Piotr Malachowski en disco, de la imbatible colombiana Catherine Ibargüen en triple salto (14.68m), de la estadounidense Stowers en 100m valla tras sus caídas en Roma y Birmingham (12.84s), del francés Christophe Lemaitre en unos 200m muy europeos (20,21s), y de la costamarfileña Murielle Ahouré en los 100m (11.03s).