Pasan y pesan los años también para Usain Bolt, que camino de los 29 tiene unos cuantos retos históricos en el próximo Mundial de Pekin, como superar los ocho oros de Carl Lewis -tiene seis-, y se le elevan los obstáculos según avanza la temporada. Tras un año entre el dolor y el esparcimiento, sabático salvo alguna aparición testimonial, el astro jamaicano volvió este sábado a la Liga de Diamante en Nueva York después de ausentarse desde la reunión de Bruselas, en 2013. Las alarmas saltaron en un recta final crispada, donde el gran Bolt fluido de las grandes noches dejó a un gigante en plena lucha contra la pista y los rivales. Si los pobres para el 20,13s del pasado 26 de mayo en Ostrava podían excusarse en la lluvia de aquel día en la ciudad checa, nada justifica los aún peores 20.29s en el Icahn Stadium neoyorkino, última cita de junio de la Diamond. Soplaba el viento en contra, cierto es, unos 2.8 metros por segundo en ese momento, que arruinaron gran parte de las pruebas de la velocidad, pero no falló el calor, más de 30 grados ideales para las fibras rápidas ni las alturas de la temporada.

Las alarmas saltaron en una recta final crispada, donde el Bolt fluido dejó paso a un gigante en plena lucha

Bolt está en crisis y los 200 metros de Nueva York lo certificaron pese a su victoria. Tras tres carreras en la curva se muestra incapaz de asaltar los rankings, escondido todavía en un noveno puesto -gracias a Ostrava- ante un Justin Gatlin que le presiona desde el año pasado y empieza a agobierle ahora, con sus relucientes 19.68s de Eugene y también con los 9.74s de Doha en los 100m, donde Bolt todavía no ha aparecido en serio (10,12s en abril). En Nueva York empezó a atacarse ya antes de la recta, en la que sintió el aliento cada vez más cercano del australiano Zharnel Hughes, un secundario, que se le echó encima hasta proporcionar una foto casi inédita: la de Bolt en apuros sobre la línea de meta. Amarró la victoria el jamaicano por solo tres centésimas y reconoció lo evidente. "La temporada no está transcurriendo fluida. Estoy intentando comprender qué está ocurriendo. Necesito mejorar, intentar trabajar el retorno. A este ritmo, mi legado va a estar en problemas", reflexionó preocupado ante la NBC. Su entrenador, Glen Mills, explicó que su entrenamiento está siendo gradual y que en los próximos dos meses tendrá que hacer más carreras de forma más agresiva para recuperar un nivel competitivo.

Rudisha y Pichardo

Otros dos nombres destacaban con Bolt en Nueva York. Y otro grande en problemas durante 2014, David Rudisha, también acabó sufriendo, aunque menos en la recta final. Planteó su carrera habitual, seguir a la liebre en cabeza, inconsciente de la presencia de sus rivales, que se le terminaron por acercar demasiado en la última recta de los 800m, donde el plusmarquista mundial keniata se mostró lejos de sus mejores días. Terminó en 1.43.58, con el estadounidense Boris Berian y el francés Pierre-Ambroise Bosse, al que le benefician todas las carreras 'limpias' que abre Rudisha, muy cerca.

El tercer hombre es la sensación de la temporada, el cubano Pedro Pablo Pichardo y sus 18.08m en triple salto hace unas semanas. En Nueva York llegó, venció y se ausentó. 17.56 metros le sirvieron para vencer antes de renunciar a los siguientes cuatro saltos. Nadie más pasó de los 17 metros, ni estadounidenses ni cubanos, en una mala tarde.

Nuevos retos para Beitia

Para España, la gran noticia la volvió a proporcionar Ruth Beitia, otra vez triunfante sobre la altura. No se había registrado ninguna victoria española en la Liga de Diamante desde 2008 -cuando aún era Golden League- hasta el pasado jueves 4 en Roma y Ruth Beitia se ha apuntado dos en 10 días. Esta vez no tuvo que volar sobre los dos metros, le bastó con 1,97m a la segunda, la misma marca que la croata Blanka Vlasic, tantas veces inaccesible para ella, que volvió a morder el polvo por un nulo de más. La cántabra explicó que el viento hizo cada salto diferente, pero lo cierto es que su cambio técnico en la carrera, con menos pasos y sin pasos cortos de inicio, le está funcionando. Su victoria tiene doble premio, pues Beitia se sitúa ahora líder de la Liga en su prueba y podrá luchar el resto del verano por llevarse el diamante, uno de los colofones que le restan a su carrera.

Abadía buscaba una carrera rápida para lograr la mínima del Mundial, pero se encontró una carrera táctica que arruinó sus planes

La cruz española la cargó Antonio Abadía y no se puede decir que solo fuera su culpa. El aragonés viajó hasta la Gran Manzana para lograr la mínima de los 5.000m en una carrera presumiblemente rápida, en la que pudiera acabar en torno a 13,20 minutos. No fue así, nadie quiso seguir a las liebres, tomar las responsabilidades, y el desenlace resultó tras sorprendente que el estadounidense Ben True aprovechó el ritmo lento para imponerse a todos los keniatas (13,29.48). Abadía terminó noveno (13.44.91). "Habrá que seguir, el telón no se cierra", explicó después en Twitter huyendo de la resignación.

Festival yankee

Si hasta un estadounidense gana en 5.000 metros, es que la tarde les resultó propicia a los locales, que casi logran el pleno. Así, Estados Unidos ganó en 100m con Tyson Gay (10.12s), en 110 metros vallas con David Olivier (13.19s) y los 100 metros vallas de las chicas con Sharika Nelvis (12.65s), en 200m con Tori Bowie (22.23s), en 400m con Francena McCorory (4987s), , en peso con Joe Kovacs (21.67s), y hasta en 800m, donde Ajee Wilson venció a Janeth Jepkosei y a sus compatriotas Chanelle Pryce y Molly Ludlow, todas por debajo de los dos minutos (1.58.33).

Con este dominio nacional poco quedó para los demás. El puertorriqueño Javier Culson se impuso en en 48.48s en los 400 metros vallas, el checo Vitezslav Vesely venció en una floja jabalina (83.62m), la canadiense Christabel Nettey batió el récord canadiense de longitud para vencer (6.92m), la croata Sandra Perkovic no dio lugar a la sorpresa en disco (68.44m) y la australiana Fabiana Murer volvió a derrotar a las griegas y a Jenn Suhr en pértiga (4.80m). En 3.000m obstáculos, la etíope Hiwot Ayalew (9.25.26) volvió a las victorias del año pasado, aprovechándose de la ausencia de última hora de la ganadora en la última prueba, la keniata Virginia Nyambura.