Han interiorizado tanto que este Mundial es suyo, que los demás países no han traído su artillería pesada, han hecho de la victoria una costumbre tan repetida (de momento, 8 de los 17 oros en juego y 15 medallas) que la afición que puebla el Centro de Convenciones de Oregón, en Portland, ni siquiera enloqueció con el oro de su vecino Ashton Eaton en el heptatlón, el tercero consecutivo en un Mundial en pista cubierta, poco más especial que los cuatro que Estados Unidos se colgó este sábado.

Quizá de su compatriota Eaton esperaban otro nuevo récord, como en las otras dos ocasiones, como en el decatlón del Mundial de Pekín. Pero la plusmarca mundial se truncó desde el primer día. Eaton casi pidió perdón por no ser excelso en cada ocasión: “Realmente quería conseguir otro récord para complacer, pero espero que esto les sirviera. Me gustaría inspirar a los niños de Portland, que piensen que un día sean capaces de hacer lo que yo”. El Superman de Oregón reconoció lo duro que a veces se hacen las combinadas, concentrarse para dar el máximo hasta la última prueba. Con el oro casi en la mano y el récord lejos tras un primer día flojo en 60 metros (6,81m), notable en longitud (8,08m), y mejorable en peso (14,16m) y altura (1,99m), Eaton brilló en las vallas (7,78s), aseguró en pértiga (5,10m) y selló -sin más motivación que llevar a casa el segundo oro del fin de semana tras el de su esposa Brianne en el pentatlón el día anterior- con el kilómetro (2.35.22) los 6,427 puntos.

La batalla se libró a la espalda de Eaton. La única gran decepción americana quizá fue comprobar como el joven Curtis Beach no pudo alcanzar al ucraniano Oleksiy Kasyanov (6.182) y al alemán Mathias Brugger (6.126) por apenas unas centésimas en la última prueba, dónde salió a morir en los 1.000m mientras los demás tiraban de experiencia. A ese momento ya no llegó el alicantino Jorge Ureña, que, en estado febril, confirmó las sensaciones del viernes desde las vallas. El plusmarquista español en enero se tragó los primeros obstáculos y llegó negado a meta. Antes de la pértiga, una prueba peligrosa que no admite probaturas, último en la clasificación, decidió retirarse.

Berian apuesta fuerte

Los estadounidenses también vencieron en peso con Michelle Carter cerrando el concurso con 20,21m sobre la competitiva Anita Marton, récord nacional de Hungría con 19,33m, y la neozelandesa Valerie Adams, a la que volver a ser terrenal le impidió sumar su cuarto oro en la competición. En 800 metros, salió perfecta la táctica de Boris Berian de salir a quemar todas sus fuerzas desde el inicio (1.45.83). El tropiezo del catarí Balla, que encabezaba su persecución, favoreció sus opciones, mientras por detrás Antoine Gakeme, de Burundi (1.46.65) se interponía al doblete estadounidense en detrimento de Erik Sowinski (1.47.22). Al final de la noche, en la recta de los 60 metros, Barbara Pierre se colgó el oro de la más rápida en 7,02s tras una veloz salida de tacos (0,138) por delante de la holandesa Dafne Schippers, corredora natural de 200m, tan corpulenta que le costó demasiado erguirse, pero llegó a tiempo de la plata (7,04s), con la jamaicana Elaine Thompson tercera (7,06s).

Además de Adams y Schippers. Portland se cobró a más grandes estrellas. Mohammed Amán se quedó fuera del podio de los 800m y Mutaz Essa Barshim tampoco tocó el metal en la altura después de un tirón en el muslo que le impidió saltar en condiciones en la ronda decisiva. A Gianmarco Tamberi, el excéntrico y alegre que salta con media barba y se ha revelado como la estrella del invierno, le bastó brincar 2,36m para cerrar la noche con el primer oro italiano desde 2001. Estuvo dos veces en el alambre pero se sobrepuso. Entonces, el británico Robert Grabarz y el estadounidense Erik Kynard todavía avanzaban sin sobresaltos hasta que derraparon tras 2,33m, su máximo de la temporada.

Peleteiro y Torrijos desaprovechan el triple

En el foso, las dos finales de triple vendieron muy baratas sus medallas para desesperación de dos españoles talentosos, Pablo Torrijos y Ana Peleteiro, que desaprovecharon una oportunidad como pocas. Las marcas de sus mejores días les hubieran acercado al bronce. Peleteiro firmó otro gran campeonato para el olvido, lo que empieza a convertirse en una costumbre preocupante pese a sus 20 años. Hacia atrás: 13,59, 13,57 y 13,37 metros, demasiado consiguió terminando 11ª, sin hacerse nunca notar. Por su parte, el subcampeón de Europa Pablo Torrijos al menos consiguió el primer puesto de finalista de la expedición española al terminar 7º y se quedó a un centímetro de la marca que llevó a Portland (16,67m), pero no hubo ni rastro de los 17 metros que decía tener en las piernas. Con una carrera de zancadas más marcadas y menos fluida, aparentemente más lenta que hace un año, la tabla nunca le impulsó. Su inicio fue desesperante (16,16m, 16,20m y 16,51m), pero para entonces la final era tan pobre que la mejora le dio una nueva oportunidad: 16,30m y los definitivos 16,67m que no le iban a mover en la clasificación.

La joya de Venezuela

A la final femenina le salvó una de las grandes joyas de Portland. Yulimar Rojas, de 20 años, regaló el primer oro de la historia a Venezuela con solo un salto válido: 14,41m. La triplista, a la que entrena el legendario saltador Iván Pedroso en Madrid, tiene todo por mejorar técnicamente, pero su carrera grácil, suave y descordinada y su pésimo segundo salto no impedían que en cada nulo en el que era incapaz de calcular la batida pasara ampliamente de los 14 metros. Mientras, las demás aceleraban, forzaban el gesto y pasaban apuros para ni siquiera rozar esa frontera. La diferencia estética era abismal. Solo la alemana Kristin Gierisch se acercó algo a la elegancia de Rojas (14,30m), mientras la griega Paraskevi Papahristou, hasta ahora solo conocida por su expulsión de los Juegos de Londres tras un 'tuit' racista, trazó la línea del podio también con un único intento válido en 14,15 metros.

Por delante de Torrijos, el chino Bin Dong tradujo sobre la arena su superioridad en el ranking este invierno con un mejor intento de 17,33m, mientras el liviano alemán Max Hess, de 20 años, aprovechó como nadie la mejora para asaltar la plata en el cuarto salto con 17,14 metros. Solo el campeón de Europa al aire libre, el francés Benjamin Compaoré, les acompañó sobre los 17 metros (17,04m).

Maslak repite oro

Como pasaba en el triple, en el anillo se sucedían finales mundiales de pruebas que los mejores del mundo veían por televisión. Al menos en los 400 metros masculinos se coronó de nuevo el checo Pawel Maslak, quizá el atleta más especializado en pista cubierta. En verano encuentra dificultades, pero en invierno se ha mostrado imbatible en las últimas tres temporadas. Y eso pese a que en esta final el granadino Taplin profanó su territorio sagrado, la cuerda, y cogió la calle libre por delante de él. Maslak no se puso nervioso. Empezó su remontada por la segunda calle a falta de 100 metros y esperó al derrumbe del caribeño en la última recta. El catarí Abdaleih Haroun (45,59s) y el trinitobagués Deon Lendore (46,17s) también se aprovecharon.

En la prueba femenina, la nigeriana Kemi Adekoya (51,45s) también tuvo más sangre fría para buscar su momento en la última vuelta en perjuicio de las estadounidenses Spencer (51,72s) y Hayes (51,76s). En los 1.500m femeninos Etiopía se hizo presente con Dawit Seyaum (4.05.30) y Gudaf Tsegay (4.05.71), pero fue otra etíope, en este caso con pasaporte holandés, Sifan Hassan, la vencedora (4.04.97).

Contreras, en semifinales

Para la jornada de cierre, a Estados Unidos le esperan más oros, Uno se lo tendrá que jugar su joven Vashti Cunningham con Ruth Beitia en la final de altura (21:00), única posibilidad de España de atraer la atención de las cámaras en Portland. A la cántabra le acompañará en las vallas Yidiel Contreras, que volvió a demostrar su gen competitivo cubano con el segundo puesto de su serie que le dio acceso a las semifinales con la octava mejor marca (7,69s).

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Sobre el autor
Ismael Pérez
25 años. Periodista. He cubierto los JJOO de Londres y Sochi para Somosolimpicos.com y los grandes campeonatos de atletismo desde 2011, en Praga y Ámsterdam como enviado especial. @Ismael_Prz