Sally Pearson, campeona olímpica en Londres 2012 en 100 metros vallas, se ve obligada a renunciar por una lesión muscular, producida durante un entrenamiento. La australiana dará este jueves una rueda de prensa para comunicar su decisión a la prensa. Todo esto ocurre a menos de un menos para los Juegos de Río.

Pero no es la primera vez que Pearson tiene una lesión que la impide llegar a la gran competición. La temporada pasada, tras una aparatosa caída en la prueba de la Diamond League de Roma, la campeona olímpica se rompió la muñeca. Como resultado, Pearson se perdió los Mundiales de Pekín, en los que partía con grandes opciones de subir al pódium. La atleta volvió a la competición hace apenas un mes, corriendo las pruebas de Birmingham y Oslo, encuadradas en la Diamond League, con unos resultados inferiores a lo esperado.

Descartando competir en Río, la atleta oceánica cesa en el intento de logar lo que podría haber sido su tercera medalla olímpica consecutiva, tras la plata de Pekín y el oro de Londres. Baja sensible en la cita olímpica que merma las opciones de medalla en atletismo de la delegación australiana. Golpe moral para una atleta llamada a lograr grandes hazañas y da la sensación de que le persigue un mal de ojo con las lesiones, después de haberse lesionado también el año pasado poco antes del mundial. Encadena pequeñas molestias que merman su rendimiento cuando compite y que no acaban de ser curadas del todo, haciendo que la australiana entre en una espiral negativa.