Antonio Abadía, zaragozano de 26 años, remató este viernes la fiesta del atletismo español en los Campeonatos de Europa Amsterdam 2016 con una medalla de bronce en los 10.000 m, una prueba que solo dejaba un cajón en el podio por detrás de los turcos de origen keniano Pol Arikan Kemboi y Ali Kaya. Por ese único puesto pelearon otros nueve fondistas entre los que el aragonés demostró ser el más inteligente. Paseó la bandera española por tercera vez en el día por el Estadio Olímpico y después, tan sudoroso como satisfecho por un bronce le "sabía a oro", reconoció otro de los motivos de su alegría: haber sabido elegir. "Parece que por fin he escogido la prueba adecuada tras haber fracasado en los obstáculos y dudar con el 5.000", explicó un hombre que hace años también corrió en los 1.500 metros. En el Campeonato de España de Gijón y en los Juegos Olímpicos de Río, sin embargo, volverá a los cinco kilómetros donde clasificó octavo en el Europeo de Zúrich hace dos años.

"Al paso por los 3.000 metros he tenido momentos de crisis, se me ha hecho largo"Abadía se olvidó de lo imposible, Kemboi y Kaya, y jugó su única baza. "He puesto modo medalla 'amarrategui'. Solo pensaba en mi entorno, no en que ellos pudieran perder ritmo. Han pasado la mitad de carrera a 13'57" y nosotros a 14'20", así que solo podía pelear con los atletas de 28'10", reconoció sobre sus limitaciones respecto a los grandes favotiros de la prueba. A falta de cuatro vueltas el bronce solo tenía tres candidatos. Peleaba con el ucraniano Dmytro Lashyn y con el británico Dewi Griffiths, de los que dijo que le sorprendieron positivamente. "Al paso por los 3.000 metros he tenido momentos de crisis porque el ucraniano se frenaba cada vez que había viento en contra", lamentó. Nada decisivo en cualquier caso porque Abadía, como veterano, iba a aprovechar su ritmo para rematar a sus contrincantes en la última contrarrecta.

El atleta aragonés pudo saborear su medalla, aunque sin perder el miedo fruto de su humildad. "Se me ha hecho muy largo, siempre te esperas que alguien atrás te coja la medida de la zancada, pero cuando vi que el bronce era mío ha sido una sensación increíble. Me he acordado de Alcobendas, del Campeonato de España, cuando gané a Jesús España y Roberto Aláiz. Me he acordado de ellos, sobre todo de Aláiz, que lo está pasando mal", explicó sobre el mediofondista leonés que, lesionado, se pierde no solo los Europeos de Amsterdam sino también los Juegos Olímpicos de Río. Tan generoso, Abadía se acordó de sus rivales de España y de sus compañeros de entrenamientos, como su paisano Carlos Mayo, el joven que correrá el domingo los 5.000 metros. "De entrar en la historia no tendría que entrar mi nombre sino el de mi entrenador, Carlos Mayo. Éste es el merecido premio a todo mi entorno, que es el que sufre mis idas y venidas", explicó, modesto.

Cerrando una jornada tan exitosa, Abadía elogió al resto de medallistas españoles, especialmente a Bruno Hortelano, "que está cambiando la historia del atletismo". Cree que el ejemplo de un blanco ganando a atletas de color en velocidad puede motivar a las nuevas generaciones. La suya (1990) y la de los más jóvenes, como Hortelano (1991) y Fernández (1993) ha llegado "y ha llegado para quedarse", prometió.

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Sobre el autor
Ismael Pérez
25 años. Periodista. He cubierto los JJOO de Londres y Sochi para Somosolimpicos.com y los grandes campeonatos de atletismo desde 2011, en Praga y Ámsterdam como enviado especial. @Ismael_Prz