Dos de los gigantes del atletismo español alegraron la resaca medallística de la noche del viernes. Como en Zúrich, Borja Vivas y Carlos Tobalina tirarán el domingo en la final de lanzamiento de peso después de clasificarse con comodidad para la final. Vivas, plata hace dos años, vio su primer tiro acercarse a la línea y pensó que había logrado la marca directa de peso (20,30m), pero su intento se quedó algo más atrás (20,10m), aunque ya le iba a servir. En el segundo falló (19,88m) y en el tercero agarró definitivamente la final (20,12m). Tobalina empezó con 20,16m y puso un pie en la final. Tiró el segundo por precaución (19,68m) y se ahorró el tercero.

El malagueño es consciente de que el podio de Zúrich está demasiado lejos y se pone el objetivo de terminar entre los cinco primeros. “Revalidar medalla es mucha tela. Mi intención es pasar de 20,50m, una marca que ya debería haber pasado más este verano, aunque primero hay que pasar el corte de los ocho mejores”, reflexionó. Entre los favoritos señaló al alemán David Storl, que le derrotó en Zúrich y al joven polaco Konrad Bukowiecki.

Tobalina lucía coleta en su barba y mensajes motivadores escritos en la mano: '¿A qué has venido? ¿De qué tienes miedo?'. Explicó cómo tras su gran invierno se veía capaz de luchar por la medallas en este Europeo hasta que una rotura de gemelos en el Mundial de Portland y dos recaídas arruinaron sus aspiraciones. “Venía con incertidumbre y con inseguridad porque solo he hecho cuatro competiciones, pero el primer tiro me ha quitado un gran peso de encima. Luego he podido controlar la competición”, confesó. Para la final aspira a entrar entre los ocho finalistas mejorando el 9º puesto de Zúrich y lanzar entre 20'40 y 20,50 metros.

El primer finalista del siglo en altura

En el otro concurso de la mañana iba a volar también Miguel Ángel Sancho, que clasificó para su primera final después de llegar hasta 2,25m saltando todo a la primera (2,09-2,14-2,19-2,23-2,25m). "Para mí era muy importante saltar todo limpio y así lo he hecho. Vengo haciendo un aire libre muy bueno y sabía que podía hacerlo". Solo otros cuatro atletas, el favorito italiano Gianmarco Tamberi, los británicos Chris Bacon y Robbie Grabarz y el alemán Eike Onne fueron capaces de hacerlo. Sancho tuvo que pedir las palmas del público y, aunque rozó el listón con los glúteos, la barra se mantuvo. "Técnicamente no lo he hecho muy bien, ahora intentaré pulir los detalles con mi entrenador Miguel Vélez", reconoció. Para la final ve a Tamberi favorito y las medallas a partir de 2,30m. En su mente pululan los 2,29m que dan el billete olímpico y serían marca personal. De momento ya ha roto una pared tapada desde hace 26 años, el de un español en la final, algo inédito desde Arturo Ortiz en Split 1990.

Vallejo se desfonda

El contrapunto lo pusieron los relevos de 4x400m, ambos fuera de la final. Finalmente Samuel García fue de la partida. Tanto él como Lucas Bua, los dos más fuertes al inicio, hicieron volar el relevo. El canario corrió con la referencia de la Bélgica de los Borlée a su izquierda y consiguió entregar primero. Bua mantuvo el dominio y Sergio Fernández, medallista hace unas horas en 400 metros, recogió primero el testigo y lo entregó segundo. A Lluis Vallejo se le agotaron las fuerzas en la última recta y el relevo se quedó sin opciones, 5º de la serie (3.04.77) y 10º en total, aunque sin reproches. “Estamos satisfechos, hemos hecho un buen tiempo y hemos estado siempre en carrera”, contó García y reafirmó Bua. Fernández reconoció la gran labor de los primeros y se sorprendió de lo cómodo que se sintió tras la final de ayer. “Por el equipo siempre se corre mejor”, dijo. Los tres animaron a Vallejo, que explicó que había dado el máximo hasta quedarse sin fuerzas.

García viajará esta misma tarde a España para intentar el domingo la mínima olímpica en 400m al cierre del plazo en la altura de Sierra Nevada. “Me encuentro bien, hoy he corrido suelto y el problema es que en la semifinal de 400m corrí agarrotado. Creo que si hubiera tenido que hacer la serie me habría ido mejor, habría soltado el ansia”, confesó días después de acabar moralmente hundido por no repetir final europea en la vuelta a la pista. “Pero si nos hubiéramos metido en la final del relevo me quedaba”, aclaró para zanjar la polémica sobre si iba a abandonar a la selección para buscar sus intereses individuales.

Imposible sin Terrero

Por su parte, las chicas del 4x400m perdieron con la lesión de Indira Terrero casi todas las opciones de meterse en la final. Aauri Bokesa lo reconoció tras su prueba individual. España apostó todas sus opciones a las dos primeras postas, pero Laura Bueno no empezó bien y entregó última, a la vez que irlanda. Bokesa mejoró algo las cosas, salió a calle tres, y pudo adelantar una posición, que mantuvo Bárbara Camblor. Cerró Geraxane Ussía, a la que la griega le quitó las pegatinas en la última curva. Acabaron 7ª de la serie y 14ª en el total, con la mejor marca de los últimos 11 años (3.33.57), pero insuficiente para acercarse siquiera al corte.