ÁMSTERDAM. Amaneció por fin veraniego el domingo en Ámsterdam, 24º y 65% de humedad, ideal para que España cumpliera sus deberes y sumara su sexta medalla en el Europeo, igualando la cosecha de hace dos años en Zúrich a falta de la prometedora tarde. Consiguió por equipos lo que se le negó a nivel individual, una plata conjunta en la media maratón que al inicio tenía el dorado del oro y, finalmente, recontando tiempos, era de plata por dos segundos. Si, como hasta ahora era habitual, contase la clasificación, España habría superado a Suiza e Italia con holgura.

El camino al podio era estrecho. La organización dispuso unos primeros metros sin apenas espacio en la que los maratonianos se accidentaron. Ayad Lamdassen besó el suelo y llegó a meta sangrando por el antebrazo, el glúteo y la rodilla del lado izquierdo. Después, en el kilómetro 13, Jesús España se golpeó la cabeza con una señal que sobresalía en una curva y corrió medio kilómetro tocado. Sobrevivió a las trampas Carles Castillejo, el puntal del equipo ausente Javier Guerra, que salió con ambición, “suicida” porque "hay que arriesgar, que el 21 de agosto me jubilo", explicó después, al ritmo que pusieron desde el primer kilómetro los favoritos, los africanos nacionalizados Evans Kiplagat, de Azerbaiyan, Tadesse Abraham, de Suiza, finalmente vencedor en 1.02.03; Kaan Kigen Ozbilem, por Turquía, 1.02.27, subcampeón; y Daniele Meucci, italiano de verdad, de Pisa, y vigente campeón, en hoy meta 3º (1.02.38).

Les resistió el catalán hasta pasada la mitad de la prueba, al paso de la meta bajo el Rijksmuseum de Ámsterdam, donde ya llegó sufriendo. Arriesgó al máximo por la medalla Castillejo pero al ver que no podía cambió de estrategia. “Hemos empezado a pasarlo mal, he visto que por detrás, no muy lejos, venía Jesús España, y he pensado en la clasificación por equipos”, explicaba en meta mientras por detrás aparecía el propio España gritando que Castillejo (al final, 8º, finalista en 1.03.52) lo había bordado.

“En los primeros dos kilómetros iba con él”, contaba el de Valdemoro, “y he intentado ir de menos a más, pero este recorrido no me gusta, es llano, sí, pero estaba lleno de cruces, giros, badenes...al final no ha salido y la segunda parte de la prueba he sido más lento”. España entonces también empezó a jugar por equipos y vivió los últimos dos kilómetros y medio “como una contrarreloj” para terminar 10º (1.04.01) y aspirar a la victoria por equipos, algo que cree que se valorará en el futuro tras la decepción individual.

Doce segundos después entró malherido Lamdassen en 12ª posición tan contento por su colaboración al equipo como enfadado con su infortunio. “Me he estado entrenando mucho para hoy, quería estar entre los tres primeros, era mi objetivo”, repitió. Bastante después llegó Iván Hernández, en la posición 72º (1.09.38).

Minutos antes que ellos llegaron las chicas, que desde el inicio se alejaron de cualquier opción de medalla de cualquier tipo. Solo Alessandra Aguilar resistió en las primeras posiciones, pero finalmente notó la humedad, como explicó más tarde, y corrió cada vez en parciales más lentos. Terminó 27ª (1.13.28) como primera española. Azucena Diaz entró 36ª (1.14.21), Estela Navascues 56ª y llorando (1.17.16) y Marta Silvestre ni siquiera terminó. Cuando las españolas las portuguesas Sara Moreira (oro, 1.10.19) y Jessica Augusto (bronce, 1.10.55), fondistas de pista felizmente reconvertidas para la ruta, ya se habían abrazado a la sombra del Rijksmuseum celebrando también el oro por equipos. Entre ellas llegó la joven italiana Veronica Inglese (1.10.35), que remató la plata italiana por conjuntos. Turquía cerró el podio.