ÁMSTERDAM. Un doblete de oro y plata en los 5.000m apuntaló el medallero español en la última jornada del Europeo de Ámsterdam. España vuelve a casa con ocho medallas más en la maleta, tres de oro, cuatro de plata y una de bronce. Son dos más que hace dos años en Zúrich, en un campeonato total, con marcha y como gran competición del año, y tres más que en Helsinki hace cuatro años, también a un mes de unos JJOO. Solo Beitia repitió oro en las dos ocasiones. Los casi 80 atletas de Ramón Cid, además, consiguieron 20 puestos entre los ocho primeros, dos menos que en Suiza pero cinco más que en Finlandia.

Entre esos ocho se metieron en la última tarde Diana Martín y Borja Vivas, que rebajaron sus expectativas tras sus medallas de hace dos años, y los mediofondistas debutantes Solange Pereira y Álvaro de Arriba, éste último 7º.

Lo intentó Martín en la final de obstáculos, donde se enfrentaba a la dura comparativa con su bronce de Zúrich. En un año bastante más complicado por las lesiones aspiraba a estar entre las seis primeras y terminó sufriendo para acabar octava después de una carrera valiente, en la que saltó a la quinta posición tan pronto como la favorita, la alemana Gese Felicitas-Krause, que ganó en solitario con 9.18.85, marca europea del año, y la albanesa Luiza Gega (plata 9.28.52) dispar aron el ritmo. “Sabía que era el momento, aunque desde el principio no me encontraba y era consciente de que no iba a aguantar, de otro medo se me iban las medallas”, explicó después. La madrileña se tiró a la persecución con la turca Ozlem Kaya (bronce, 9.35.05), pero a falta de 600 metros empezó a quedarse sin fuerzas y a sufrir en las dos últimas rías. “Y lo cierto es que al final podría haber sido 5ª pero ya estaba moralmente hundida y no he reaccionado”, explicó decepcionada por no haber acabado en 9.38 en lugar de en 9.43.65 en una carrera repleta de marcas personales.

Pereira, devorada en la última vuelta

También terminó 8ª pero con algunos años menos la gallega Solange Pereira, que pagó la novatada en una final de 1.500m corrida a ritmo juvenil, en parte por su culpa. Nadie quiso tomar la iniciativa y Pereira se mantuvo en cabeza prácticamente hasta los últimos 400 metros. “Esperaba que fuera rápida porque le beneficiaba a la holandesa (Sifan Hassan), pero ninguna ha querido dar la cara. Me han dejado allí y me he mantenido. Me ha sorprendido verme adelante, controlando a las de atrás por la pantalla, pero veía que se iba a echar todas encima. En la última vuelta ha habido muchos golpes y no veía por donde salir. Son mujeres de 4 minutos y poco y me han ganado, pero lo di todo y estoy súper feliz", relataba sobre una final decidida en un pañuelo para la polaca Angelika Cichocka (4.33.00). Se corrió solo de verdad la última vuelta, en la que todas se ventilaron a Pereira, que pasó de la cabeza a mantener con dificultades la plaza de finalista.

En los 800m al jovencísimo Álvaro de Arriba le salió la carrera que esperaba. El local Thijmen Kupers ejerció de liebre como es habitual, el polaco Marcin Lewandowski le siguió de lejos y su compatriota Adam Kszczot se escondió hasta que poco antes de la campana. A los 200m cambió el ritmo, dejó al holandés en la estacada y voló en solitario hacia su segundo título consecutivo (1.45.18) secundado por Lewandowski, que aguantó la embestida final del británico Elliot Gilles. El salmantino salió sexto y cuando Kszczot empezó a moverse empezó a seguir al grupo en la cola. En la última curva pudo aprovecharse del bajón del italiano Giordano Benedetti, que después lo felicitó en la zona mixta, mientras De Arriba lucía la sonrisa del que se ha visto entre gigantes.

Mucho más serio pasaba, sin pararse, Borja Vivas tras su final de peso. Quería enganchar un lanzamiento de 20,50m y se quedó en 20.16m en el quinto en una serie con dos nulos y dos tiros por encima de 20 metros. En la mejora no pudo progresar y terminó 8º. Tampoco el cántabro Carlos Tobalina cumplió su objetivo. Con 19.85m en el tercero se vio 10º y sin más intentos para mejorar. Ganó el incombustible alemán David Storl con la mejor marca del año en el continente (21,31m). Con 20,60m se habría entrado en el podio.

Cienfuegos y Sancho se despiden por la puerta de atrás

Miguel Ángel Sancho y Javier Cienfuegos llegaron a las finales de altura y martillo marcando un hito extraño en el deporte español. Desde 1990 no había un español en la final europea del listón, jamás se vio uno en la de la jaula. Tras la euforia de su clasificación llegó el bajón de la final. Sancho se topó tres veces con la primera altura, 2,19m, acostumbrado a calentar las piernas desde más abajo.

El extremeño, mientras, empezó técnicamente horrible con 68,17m y arriesgó en los dos siguientes. En el tercero pisó el círculo. “Venimos de lanzar casi 77 la semana pasada, así que había que arriesgar porque el que lo hace gana o pierde. Las sensaciones han sido buenas, la calificación es más difícil, pero me da rabia porque con 72 metros que tiro todos los días habría estado en la mejora...aunque claro, todos dirán eso”, reflexionó Cienfuegos, que espera que su marca le sirva para ser repescado por la IAAF para Río. En sus finales no hubo sorpresas y vencieron el italiano Gianmarco Tamberi (2,32m) y el polaco Pawel Fajdek (80,93m).