Pasan las horas y el momento de la verdad se acerca. En tres semanas el foco de atención estará centrado en el paradisíaco país de Brasil, que se encuntra acicalándose a marchas forzadas para su gran día. Río de Janeiro o cuna viva del carnaval, de la diversión personificada, pero que en Agosto será sinónimo de profesionalidad, de ilusión por una pasión y intentará hacer que todo el esfuerzo y trabajo realizado se vea recompensado en forma de espectáculo en cada prueba.

Y es que el idílico país sudamericano no lo ha tenido nada fácil. Lejos queda la elección de sede olímpica, donde la alegría por ver hecho realidad un sueño, pero sobre todo, el simple hecho de tenerles en cuenta y recibir la aprobación por parte del máximo organismo, hizo que un país que cada vez estaba más dividido y que la pobreza se apoderaba del ambiente, volviese a sentirse unido, haciendo que la población comenzase a trabajar junta. Pero la complicada situación de la región latinoamericana ha hecho que en más de una ocasión peligrase este evento, ya que la falta de inversión hizo que las obras fueran cada vez más lentas.

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Dejando de lado al país americano, volamos hasta España, donde los últimos preparativos por parte de la delegación española están teniendo lugar en estos momentos. Pese a ser extraño y sorprendente, el nerviosismo no se ha apoderado del ambiente. El principal motivo es que estos últimos retoques de la agenda, que tiene lugar cada cuatro años, ha hecho que el equipo ya se haya acostumbrado. La planificación es precisa, si el plan A falla tienen más alternativas. Cancelaciones de vuelos, confirmaciones de billetes, reserva de hoteles, eventos oficiales y de patrocinadores, psicólogos deportivos y agendas puestas al día con los representantes españoles. Nada puede fallar, las distintas opciones existen y la comitiva nacional lo tiene todo listo. Preparar las cosas con la suficiente antelación puede suponer evitar cualquier contratiempo por pequeño que sea.

Los representantes españoles se están preparando a conciencia. La preparación física es fundamental para estar en plena forma y poder rendir al 100%. Las largas jornadas de gimnasio fortaleciendo la musculatura y recuperarse al completo de anteriores lesiones, cosa que es importante si no quieren que un mal gesto les pase una mala pasada. Pero muchos de nuestros atletas están optando a realizar entrenamientos al aire libre, cosa que les sirve para desconectar del simple hecho de estar encerrados día tras día en un cuatro paredes y con personas de confianza, cosa que provoca que su fuerza mental se vea incrementada al verse reforzados física y emocionalmente hablando, puesto que muchos de ellos se enfrentan a sus últimos JJOO, por lo que sus objetivo son cada vez más elevados.

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Luchar por lo que uno quiere suele tener su recompensa. Pero sin esfuerzo los frutos no dan jugo. Toca reforzar la musculatura de brazos y clavícula para los lanzamientos; tonificar la zona lumbar, trabajar la parte de los gemelos y sobre todo el juego pie-velocidad-rodilla para alcanzar la altura deseada en cada salto y poder seguir rompiendo récords. También la zancada para obtener el impulso necesario y precisión a la hora de lograr marcar buenos resultados en longitud. Por oto lado, es importante centrarse en la resistencia cardiorespiratoria del cuerpo para media o larga distancia, que junto a la agilidad jugará un papel fundamental para la prueba de obstáculos. Pero en términos de velocidad la zancada es muy importante para lograr un juego idóneo de pie y impulso a la hora de apoyar el pie sobre el tándem.

Pero pese trabajar duramente en establecimientos de culto al cuerpo con entrenadores personales. Se puede estar en un perfecto estado físico y desgraciadamente mentalmente no creértelo. Rendir al máximo nivel, donde el más mínimo error se pagará caro y todo depende de milímetros o centímetros, la presión está en cada atleta. Aunque no lo parezca la fuerza mental es fundamental en estos casos, por lo que se recomienda que los representantes hagan ejercicios de mentalización y a la vez, de recuperar la confianza en si mismos. Para ello, aparte de psicólogos deportivos, suelen hacer terapias psicoemocionales donde se trabaja la tolerancia y aceptación de forma positiva de todos los reveses que se pueden encontrar.

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