Michelle Carter, una californiana de 30 años, tumbó a un coloso que parecía imbatible, la neozelandesa Valerie Adams, la mujer que ha ganado los dos últimos oros olímpicos y siete mundiales (cuatro al aire libre, tres en pista cubierta) en el lanzamiento de peso. La dictadura más larga del atletismo acabó definitivamente en Río. Adams, capaz de llevar el artefacto a los 21,24 metros, no es la misma desde que sufrió dos operaciones el año pasado que la hicieron perderse el Mundial de Pekín. Ya perdió ante Carter en marzo, en el Mundial de Portland.

La estadounidense volvió a derrotarle en Río al batir el récord nacional (20,63m) en el último intento. El imperio de Adams cayó por sorpresa al no poder superar en el último lanzamiento los 20,42m que le dieron la plata. Poco podrá reprocharse la abanderada del atletismo oceánico que entrena en suiza. Firmó su mejor marca este año. Fallaron la china Lijiao Gong y la alemana Christina Schwanitz y Anita Marton lo aprovechó pulverizando el récord húngaro (19,87m).

En un estadio de aspecto desangelado, con muy poco público, el único español en aparecer fue el saltador de longitud gallego Jean Marie Okutu. No consiguió mejorar un comienzo negro del atletismo nacional, coronado por la decepcionante 11ª plaza del marchador Miguel Ángel López en los 20km marcha. Okutu empezó saltando 7,75m y bajó a 7,72 y 7,53m en los siguientes intentos, muy lejos de los 8,17m que le sirvieron para clasificarse para Río al aprovecharse de la ventaja de la altura de Sierra Nevada en el último día del plazo de mínimas, el pasado 10 de julio. Ha sido la única vez que el saltador ha pasado los ocho metros, que en sus primeros Juegos clasificó 20º en Brasil.

De la final se quedaron también fuera dos ilustres, el sueco Michael Torneus y el americano Mike Harfield.