El relámpago jamaicano lo volvió a hacer. Parece que no pasan los años por sus piernas, y a sus 30 años se ha vuelto a colgar otros tres oros más, unas medallas que le otorgan una posición privilegiada en el olimpo de los velocistas. A raíz de su soberbio paso por las olimpiadas de Rio 2016, Usain Bolt ha vuelto a demostrar que no tiene rival en las distancias cortas.

Pekín, Londres y ahora Rio

Aterrizó en tierras brasileñas con un propósito muy claro, lograr una hazaña sin precedentes en el mundo del atletismo, un triple-triple de oro en las modalidades de 100m, 200m y 4x100m. Ya había conseguido enfundarse un triplete doble en los juegos del 2008 y 2012, así que este año no iba a ser menos, y toda la competición de la temporada estaba encaminada hacia el mismo lugar, brillar en Rio 2016.

Sus marcas esta temporada han sido equiparables a la del resto de los mortales. Bajando vagamente de los 10 segundos, Bolt conseguía una victoria tras otra, pero a pocas semanas de empezar la cita olímpica, una lesión hizo temer lo peor a todo el panorama del atletismo. Los isquiotibiales de su pierna izquierda enmudecieron a toda la nación jamaicana, pero si hay algo que caracteriza al plusmarquista mundial, es que no hay nada que pueda frenarlo. Consiguió sobreponerse a su lesión y entrar en los plazos para disputar unas nuevas olimpiadas.

Metro a metro

La primera batalla que tenía que afrontar eran los 100 metros lisos. Lo hizo a lo grande, remontando posiciones zancada a zancada. Tras una mala salida, en la que se colocó en última posición, recortó distancias con todos sus rivales. Aunque si hay algo que diferencia a Usain del resto de atletas, es que en los últimos 30 metros, cuando la fuerza, y velocidad, de sus rivales empieza a decaer, el jamaicano se hace más grande y es capaz de incrementar dicha velocidad. Eso es lo que le convierte en el gran dominador por el que le conocemos.

Concluyó la prueba con un registro más pobre que años anteriores, 9,81 segundos, pero a los que nadie pudo hacer frente. Una final que supo a poco, puesto que en las semifinales, Bolt había realizado una manga soberbia, demostrando que iba más sobrado que de costumbre y con las esperanzas de verlo batir su propio récord del mundo; algo que al final no se vio en la pista brasileña.

Segundo asalto

La siguiente parada fueron los 200 metros lisos. Sobre el suelo mojado, los valientes atletas que querían luchar contra el relámpago vieron que en los 200 pocos pueden estar a su altura. Aún así, otra vez se quedó lejos de sus extraterrestres marcas, 19,78 segundos, sin embargo, nadie pudo ni toserle.

Una carrera rápida, en la que Bolt salió como mandan los cánones. Esta vez no se quedó atras, y al salir de la curva ya encabezaba la prueba. Y de la misma forma que en los 100 metros, su abrumador dominio empieza cuando el fín se acerca. En la recta final empezó a cabalgar como nunca, sacando más de un cuerpo a sus rivales, aunque finalmente no pudo batir su récord del mundo. Tal y como el confesó: "En la recta, mi cuerpo no respondió. Me estoy haciendo viejo".

No hay dos sin tres

La última prueba, el telón final a esta edición de los Juegos Olímpicos, la modalidad de los 4x100m. Una carrera en la que la delegación jamaicana se ha convertido en la gran tirana estos últimos años. Con la presencia de dos grandes compañeros como Asafa Powell y Yohan Blake, no hay selección que pueda hacerles frente. Era la gran final, solamente quedaba esta medalla para entrar en la historia y Usain Bolt no decepcionó. Con un registro de 37,27 segundos se colgaron el oro olímpico, y el noveno que el plusmarquista del mundo se llevaría a casa. Un hito que lo convierte en historia viva del atletismo.

Bolt se despide de Rio / Fuente: Zimbio
Bolt se despide de Rio / Fuente: Zimbio

Sin embargo, no todo son buenas noticias en esta edición. Usain confesó que cada vez le costaba más seguir el alto grado de exigencia que se requiere para participar en las olimpiadas, y cuatro años es mucho tiempo. Por lo que, en su primera respuesta de la rueda de prensa organizada por la marca alemana Adidas, el jamaicano confesó lo siguiente: "Estos serán mis últimos Juegos Olímpicos. Sé que mucha gente no estará feliz pero serán los últimos, estoy seguro. Lo he pensado mucho tiempo y creo es el momento de hacerlo". Un adiós que deja al mundo entero consternado pero sabedores de que han sido testigos de unas gestas inigualables, de un extraterrestre que tuvo la consideración de aterrizar en nuestro planeta.

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