Con el Stozige Arena totalmente abarrotado (y ya era hora de ver un pabellón repleto hasta arriba en el Eurobasket), arrancaba el atractivo duelo entre los anfitriones y una Italia revitalizada e invicta en la competición. Comienzo de baja anotación en la que ambos conjuntos se midieron bien en las marcas. Los de Pianigiani tienen un bloque compacto y muy polivalente en el que no destacan las individualidades (salvo el cañonero Belinelli), pero donde todos participan en las ayudas. Gracias a ello, están mostrando un balance ataque-defensa realmente saneado.

Por su parte, los eslovenos tiraron de la calidad y casta (a veces llegando a la electrocución mental) del reciente fichaje del Barcelona Nachbar. Ambos equipos llegaron al bonus de personales de manera prematura, por lo que los tiros libres estuvieron presentes desde el inicio del duelo. Con transiciones bastante largas y estáticas se llegó al final de un competido primer cuarto (18-21) en el que el pívot esloveno Vidmar demostró su enorme capacidad física colgándose en varias ocasiones del aro azzurro.

Tenso pulso

El segundo parcial continuó por la senda de la igualdad y muchas alternancias en el marcador, con los dos equipos bailando un chotis de tiros alternos. Los mejores hombres comenzaron a destacar, como el enjuto Luigi Datome. Un jugador atípico no especialmente brillante en ninguna faceta, pero tremendamente inteligente y efectivo en múltiples zonas del campo. En este campeonato está en 48 % en triples y además rebotea con solvencia. Por todo ello este año se convertirá en un más que merecido NBA.

Su gran actuación era respondida por las buenas jugadas de pick and roll de los eslovenos, que cortaban a la perfección la zona buscando a sus hombres altos, como el ex-madridista Begic. Lucha encarnizada no sólo en la pista, sino también en los banquillos, donde el estratega Maljkovic y el sector pijo Pianigiani movían a sus jugadores cual piezas en una partida de ajedrez. Los eslovenos hicieron un gran segundo cuarto (27-18), lo que les permitió tomar una ligera ventaja y marcharse a vestuarios con 45-39. Todo por decidir aún.

Sentencia el rebote esloveno

El tercer cuarto fue un calco de los últimos minutos de la segunda parte. Los italianos buscaban las fórmulas para recuperar el ritmo del partido y darle la vuelta a las tornas, pero la híper motivación de los eslovenos se hacía más patente a cada minuto. Goran Dragic, un jugador con enormes capacidades técnicas pero la cabeza como una cafetera, mostró su mejor versión e hizo mucho daño en las fulgurantes contras. Su pundonor sumado al incondicional apoyo de la marea verde que poblaba las gradas eslovenas iba decantando la balanza. Los locales destrozaban a los italianos en el rebote (33 a 18) y terminaron el cuarto manteniendo la ventaja de +6 (60-54). Los azzurros se mantenían vivos gracias al talento de Alessandro Gentile (hijo del mito) y los tiros libres (18/18).

En el parcial definitivo la anotación volvió a erupcionar. Los italianos seguían taimados en los rebotes, pero empezaron a ver el aro rival con mayor claridad. A base de casta se pusieron a tres puntos (74-71) y la remontada parecía más que posible. Sin embargo, los azzurros pecaron de ansiedad para lograrlo y tiraron demasiado de jugadas individuales. Los últimos tres minutos fueron un carrusel de tiempos muertos, trabajo táctico y muchas personales. En esa guerra de guerrillas y testosterona se movió mejor la anfitriona Eslovenia, que se llevó el duelo por 84-77 acabando con la imbatibilidad de Italia. El Grupo F se aprieta al máximo en el apasionante camino a cuartos.

Los más destacados

Por los eslovenos subrayar sobremanera a los dos hermanos Dragic. Una pareja singular que va ganando en calidad y protagonismo según avanza el campeonato. Goran Dragic (22 puntos, 6 asistencias, 6 faltas recibidas) se mostró intratable en sus entradas a canasta y marcó el ritmo del partido con su espectacular velocidad y manejo del balón. Cuando la cabeza no se le va a otra galaxia es un base tirador superlativo. Gran intervención de Zoran Dragic (15 puntos, 11 rebotes), un hombre que tiene la virtud de adelantarse a los rechaces y propiciar una gran cantidad de preciosas segundas opciones. Nachbar (13 puntos, 6 rebotes) estuvo fallón en el tiro, pero siempre suma gracias a su enorme intensidad.

Por parte de los italianos destacar sobremanera a dos hombres. Alessandro Gentile (20 puntos, 2/3 en triples, 4/4 en libres) que mantuvo a los suyos en el marcador gracias a una buena lectura en los tiros y su gran capacidad física. Luigi Datome (16 puntos, 6 rebotes, 4/6 en triples) que sigue clarividente desde la larga distancia y es un factor decisivo, pero que no tuvo continuidad en los momentos finales.