Después del Mundial de 1970, disputado en Yugoslavia, la mayor competición internacional de baloncesto se trasladaba en 1974 a Puerto Rico, país caribeño de influencia norteamericana. Con la Unión Soviética, Yugoslavia y los Estados Unidos copando el podio, se desarrolló un campeonato baloncestístico en el que España volvía tras perderse todas las citas mundialistas, a excepción de la inaugural en Argentina en 1950. De la mano de Antonio Díaz de Miguel, la selección nacional alcanzó el quinto puesto en el Mundial.

Pero dos años antes del Mundial de Puerto Rico sucedió un acontecimiento inesperado para todos aquellos que seguían el mundo de la canasta. Los Estados Unidos de América perdieron una final olímpica por primera vez en su historia. Ocurrió en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972. La URSS se impuso al conjunto norteamericano por tan sólo un punto de diferencia (51-50) en una final controvertida.

El país caribeño organizó la séptima edición del Mundial de baloncesto y lo hizo con mucha intensidad. Pero la inexperiencia de los organizadores iba en detrimento del éxito del Mundial. Gracias a Manuel Benito, organizador del Eurobasket de 1973 disputado en la ciudad de Barcelona, consiguió solucionar un gran porcentaje de amenazas y debilidades de la competición y ésta arrancó en 1974.

En relación con los campeonatos que precedían al de Puerto Rico, se presentó diversas diferencias y novedades, sobre todo, en el formato de juego. Se arrastraban los resultados de la fase previa a la fase final y de esta forma se evitaba enfrentar a equipos que ya se habían enfrentado en la primera fase. Por otra parte, se mantuvo el cuadro de tres grupos de cuatro equipos cada uno.

La competición se distribuyó entre la capital del país, San Juan de Puerto Rico y dos sedes más, como fueron las ciudades de Ponce y Caguas.

Los doce combinados nacionales que disputaron este Mundial fueron las selecciones europeas de la URSS, España y Checoslovaquia, las americanas de Brasil, México, Estados Unidos, Argentina, Cuba y Canadá, la República Centroafricana como representante del continente negro y Filipinas y Australia como representantes de Asia y Oceanía respectivamente.

Fase clasificatoria

Grupo A

URSS 6 3 0 314 188 +126
Brasil 4 2 1 254 211 +43
México 2 1 2 264 277 -13
R. Centroafricana 0 0 3 184 340 -156

La URSS era la gran favorita del grupo A y venció con comodidad todos sus enfrentamientos con las otras tres selecciones. El nivel del combinado africano, fue sin duda el más bajo, perdiendo los tres partidos con contundencia. Brasil se volvió a colar en una fase final gracias a su victoria frente a México en un enfrentamiento directo que los cariocas solventaron con suficiencia en la primera jornada.

Grupo B

Estados Unidos 6 3 0 358 242 +116
España 4 2 1 284 288 -4
Argentina 2 1 2 286 295 -9
Filipinas 0 0 3 260 363 -103

Nuevamente, era la favorita del grupo quien vencía y superaba la fase de grupos con facilidad. Estados Unidos venció con mucha holgura a sus rivales y se clasificó con 3 victorias y 0 derrotas. Sólo Argentina se acercó al marcador en el partido de Estados Unidos. Pese a perder por 23 puntos de diferencia, fue la renta más baja que consiguieron los americanos que vencieron de 50 a Filipinas y de 43 a España, que se clasificó como segunda.

Grupo C

Cuba 6 3 0 233 218 +15
Canadá 4 2 1 242 224 +18
Checoslovaquia 2 1 2 224 228 -4
Australia 0 0 3 232 261 -29

En el Grupo C, Cuba fue la vencedora y pasó con un global de 3-0. Pese a ello, dos victorias fueron “in extremis”, frente a Canadá y a Checoslovaquia, por tan sólo un punto de diferencia. La selección australiana cerraba este grupo con 3 derrotas. El conjunto caribeño y el canadiense pasaron a la siguiente ronda.

Fase final

En la fase final entraron Yugoslavia, la vigente campeona del Mundial y Puerto Rico, la anfitriona. Los puertorriqueños, con jugadores de la talla de Blondet y Dalmau en sus filas eran meros animadores de esta fase final un tanto atípica en la competición actual, puesto que se enfrentaban todos contra todos y el ganador era el que mejor resultado obtuviese en todos sus enfrentamientos.

Yugoslavia vence en su estreno con contundencia a Brasil, en la ciudad de San Juan, por un marcador global de 84-60. Las tres victorias consecutivas frente a los anfitriones (94-76), frente a sus vecinos canadienses (115-94) y frente a Brasil (103-83), unida a la ya conseguida frente a España en la ronda previa hacían que fuera la selección favorita para el título.

La URRS y Yugoslavia se citaban en la tercera jornada. El duelo entre dos países con gran tradición baloncestística: los Belov frente a Slavic y Cosic. Al final la balanza cayó del lado yugoslavo, que gracias a una ventaja final de 3 puntos (82-79) pudo hacerse con el mando del grupo y tener la oportunidad de proclamarse campeona mundial de nuevo. Pero la derrota balcánica frente a los Estados Unidos les privó de un nuevo campeonato mundial. Gracias a John Lucas y Luther Burden daban la vuelta a la desventaja con la que los americanos inicaron la segunda parte del partido y conseguían la victoria por tan sólo 3 puntos de diferencia. Todo se decidiría en el partido entre la URSS y Estados Unidos. Quien ganase, se llevaría el oro, quien perdiese, el bronce.

Alexander Salnikov se erigió héroe del partido, con 38 puntos y la URSS superó a Estados Unidos por 11 puntos en el marcador final (105-94). Tras este partido, los soviéticos subieron al cajón más alto, seguidos de Yugoslavia y por último, Estados Unidos, que vestiría el bronce.

Jugadores destacados

Entre todos los jugadores que conformaban el Mundial de Puerto Rico habría que destacar al nacionalizado español, Wayne Brabender, que fue el máximo anotador del campeonato con 20.8 por partido, seguido de Urgelles (Cuba, 19.8) y Kicanovic (Yugoslavia, 19.5).