La selección argentina puede considerarse el mejor combinado de América del Sur, y es que la tradición por el baloncesto se remonta hasta mediados del siglo XX, cuando la albiceleste conseguía su primera medalla de oro en un Campeonato Mundial de 1950, que se celebró en Argentina. Oscar Furlong, el mejor jugador de la época, capitaneaba el equipo argentino y fue elegido como MVP del torneo.

En cuanto a palmarés en campeonatos del mundo se refiere, cabe destacar, también, la plata lograda en el Mundial de Estados Unidos de 2002. La que fue considerada como la “Generación Dorada” del baloncesto argentino, formada por unos jovencísimos Manu Ginobili, Fabricio Oberto, Luis Scola o el “Chapu” Nocioni, conseguía imponerse a los americanos, que quedaron sextos en la clasificación final.

Son estos dos logros los que resumen el palmarés de la selección argentina en los Mundiales de Baloncesto, y el de España se presenta como una oportunidad única para hacer bueno el “no hay dos sin tres”. Aun así, los descartes en muchas de las selecciones participantes hacen prever sorpresas en el camino hacia el oro.

Los Juegos Olímpicos, la gran cita en la que todos los deportistas sueñan con vivir desde dentro, han reportado más de una alegría a Argentina, y, curiosamente, también en forma de dos medallas. Atenas era el lugar elegido para conquistar el primer oro olímpico de la albiceleste, en una final ante Italia. A “Manudona”, Oberto y Scola se les unían nuevas caras, como Carlos Delfino y Walter Herrmann, que empujaban como uno más para sumar la primera medalla de oro olímpica en la historia del país sudamericano. Pero la cita de 2004 no sería la única con la que se citaría el potencial argentino: Pekín 2008, esos Juegos Olímpicos en los que el deporte acabaría por abrirse de manera completa al mundo, serán recordados como el verano del bronce. Un combinado renovado, con la entrada de Pablo Prigioni, Paolo Quinteros o Federico Kammerichs, caía en semifinales ante la potente Estados Unidos, y resignada a la final de consolación, se imponía a Lituania, con lo que hacía el viaje de vuelta a casa con una medalla de bronce debajo del brazo.

Los últimos Juegos Olímpicos, Londres 2012, dejaron a Argentina en un meritorio cuarto puesto, una clasificación correcta pero quizás insuficiente para defender las dos últimas medallas. La calidad del equipo, indiscutible, no pudo con la chispa y la vitalidad de otras selecciones, algo que fue el principal obstáculo para el equipo entrenado por Julio Lamas.

Aspiraciones

A priori, Argentina no es el equipo al que se le encuadraría en el medallero del MundoBasket, pero su fama le precede, y el equipo con el que se presenta a este campeonato llega hambriento de dar, por pequeña que sea, alguna sorpresa o actuar como juez y parte de la última fase.

El relevo generacional es un hecho, y este puede ser una de las últimas veces en las que Scola, Nocioni y Prigioni coincidan en una competición de este calibre. Los mismos jugadores son conscientes de ello, y animan a pasar el relevo a los jóvenes para empezar de nuevo el ciclo y conseguir lo que sus compañeros lograron. El mismo Ginobili afirmaba que estaba seguro, en un 98%, que no volverá a jugar con la selección argentina, mientras que Nocioni confía en los “más chicos” para tomar las riendas de este equipo. Sabedores del nivel que se les exigirá, más por su pasado que por su presente, este grupo llega a España con la firme intención de sentar las bases del futuro baloncesto argentino.

Plantilla

Echando un vistazo a la lista definitiva de jugadores, destaca la ausencia del alma de esta selección: Manu Ginobili volverá a fallar, por segunda vez consecutiva, a su cita con el MundoBasket.

En esta ocasión, el equipo en el que milita durante la temporada, San Antonio Spurs, le ha privado de disputar esta competición, debido a la lesión por estrés que sufre en su pierna derecha. Manudona, que también faltó en el Mundial de 2010 por motivos familiares y para buscar, también, un período de descanso, mostraba su tristeza por no poder formar parte del equipo.

El problema más grave de esta selección puede residir en la posición de jugador interior: Luis Scola y Marcos Delía parecen tener su puesto asegurado en la pintura, pero pensar en algún otro jugador para darles descanso se convierte en una tarea más que difícil. En este sentido, las rotaciones pueden determinar algunos momentos de los encuentros.

Analicemos, a continuación, los nombres que defenderán la camiseta albiceleste en España:

Luis Scola- Un viejo conocido por los rivales, Scola presenta candidatura a ser el jugador clave del combinado argentino. El ala-pívot se ha ganado su puesto en la NBA, y es que sus cinco temporadas en Houston Rockets le ayudaron a consolidar su juego. Garra y arrojo caracterizan al jugador de Indiana Pacers.

Marcos Mata- Aíto García Reneses ha contado con él durante la temporada 2013-2014 en Cajasol. Llegado del Peñarol de Mar de Plata, donde militó las 11 pasadas temporadas, Mata ha ofrecido, a lo largo de 34 encuentros, 8 puntos de media, un 36% de acierto desde la línea de 6’75 y 25 minutos disputados. Su versatilidad en la línea exterior, su mejor arma.

Facundo Campazzo- El Real Madrid ha puesto su diana en este director de juego, que llega a España tras haberse proclamado campeón de liga y MVP de la final con el Peñarol de Mar del Plata. Este joven base cuenta con una visión del juego privilegiada, reparte asistencias como pocos y está considerado como una de las perlas del baloncesto argentino.

Pablo Prigioni- Es el jugador con más edad del combinado albiceleste, y su talento y madurez le avalan. Las más de diez temporadas en la ACB le hacen ser muy querido en España, además del carácter que aporta a los equipos que dirige. En su última etapa como jugador, ahora en los New York Knicks, ha podido explotar el juego rápido y eléctrico característico en Estados Unidos.

Nicolás Laprovittola- Es uno de los más jóvenes de la plantilla, y curiosamente, también ejerce de director de juego, como Campazzo, otro de los bases del conjunto argentino. Así, el baloncesto albiceleste pasa por las manos de dos nombres con una gran proyección. Aunque no destaca por su potencial físico, Laprovittola lo suple con una alta eficacia anotadora y su inteligencia para repartir el juego entre sus compañeros.

Walter Herrmann- Otro de los emblemas en el banquillo argentino. El alero ha militado en muchas ligas, y en todas ha destacado su coraje y garra. En Unicaja de Málaga, donde vistió la camiseta verde durante tres temporadas, aún le recuerdan. Para Herrmann, este Mundial supone una segunda oportunidad en el mundo del baloncesto: en el año 2010 decidía retirarse durante casi tres años, y ahora, tras formar parte del Atenas de Córdoba, regresa a la selección que le hizo sonreír y disfrutar, como nunca, del baloncesto.

Leonardo Gutiérrez- Componente de la “Generación Dorada”, el ala-pívot argentino cuenta en su haber con un récord de los que hacen temblar al oírlo: de 22 intentos, Gutiérrez convirtió 15 triples en tan sólo un encuentro, siete de ellos en el último período. Con este guarismo, superó a Kobe Bryant y sus 12 con Los Angeles Lakers y al récord español, que ahora mismo lo ostenta Jacop Pullen, también con 12.

Andrés Nocioni- El “Chapu” combina actitud, personalidad y baloncesto a partes iguales. Sobradamente conocido y querido en Vitoria, los Chicago Bulls contaron con él tras verle con la camiseta de Laboral Kutxa, en su primera etapa. Hasta cuatro conjuntos de la NBA conocieron a Nocioni en estado puro, pero quiso regresar a la que es una de sus casas deportivas. Considerado uno de los mejores jugadores de la temporada 2013-2014, el alero de Santa Fe destaca por su trabajo cerca y lejos del aro, su facilidad para sumar puntos en los momentos más complicados y la madera de líder con la que entra a la cancha. Su compromiso y sacrificio son sus señas de identidad.

Marcos Delía- El más joven de esta selección se presenta como una de las promesas del juego interior argentino. Su experiencia, más corta que la de sus rivales, puede privarle de explotar su juego. Las buenas condiciones físicas con las que cuenta le permiten anotar desde cerca y media distancia, y su juego de pies destaca en la pintura. Habrá que ver cómo afronta los retos con los interiores de otros combinados.

Selem Safar-Podría ser valorado como el “killer” de la albiceleste, pues su capacidad anotadora y su rapidez a la hora de armar el brazo le convierten en un jugador muy peligroso desde fuera. Además, es un defensor de los que gusta a los entrenadores, sacrificado e intenso. Todo esto le convierte en un nombre difícil de atacar y al que costará mucho frenar si cuenta con confianza y seguridad en su tiro.

Matías Bortolín- Su paso por países europeos ha aportado al joven una madurez impropia para su edad. Juventud, ganas, arrojo y una gran capacidad anotadora convierten al alero en un joven que puede protagonizar el futuro del baloncesto argentino.

Tayavek Gallizzi- Es el tercer interior puro, y su juventud le ayuda a ir madurando contra los grandes. Potente y atlético, el joven suma una gran proyección y será uno de los nombres a tener en cuenta en el futuro.

Número Jugador Edad Posición
4 Luis Scola 34 Ala-pívot
5 Tayavek Gallizzi 21 Pívot
6 Marcos Mata 28 Alero
7 Facundo Campazzo 23 Base
8 Pablo Prigioni 37 Base
9 Nicolás Laprovittola 24 Base
10 Leonardo Gutiérrez 36 Ala-pívot
11 Selem Safar 27 Escolta
12 Walter Herrmann 35 Alero
13 Andrés Nocioni 35 Alero
14 Matías Bortolín 22 Ala-pívot
15 Marcos Delía 22 Pívot

La estrella

La ausencia de Ginobili abre un frente nuevo: ¿quién debería ser el jugador franquicia de la albiceleste? Scola y Nocioni son firmes candidatos a ocupar el puesto de "Manudona", pero la evolución del primero, sobre todo en las últimas temporadas puede ser determinante al decidirse.

El capitán hace gala de carácter dentro y fuera de la pista, y sus compañeros le respetan como al que más, convirtiéndose, así, en el líder de este grupo. Luis Scola ejerce de capitán del barco, y sus compañeros confían en él para que les lleve, siempre, a buen puerto.

Entrenador

Fuente: www.zimbio.com

Julio Lamas, el director de la orquesta argentina, suma su segunda etapa al frente de la selección. Entrenador por vocación, que descubrió cuando empezaba a dirigir equipos de categorías inferiores, Lamas ha logrado gran parte de sus logros deportivos en Argentina (entrenó en equipos como Boca Juniors, Obras Sanitarias o Sport Club de Cañada de Gómez), pero España también disfrutó con su baloncesto, y es que pasó cuatro temporadas en la ACB (Baskonia, Lucentum y Real Madrid).

Lamas vive el deporte con una intensidad propia de los mismos jugadores, aquellos a los que mima y cuida para obtener el máximo resultado. Cuenta, además, con una ventaja, y es que el núcleo duro de esta selección ya ha pasado por sus manos. A finales de los años 90, unos debutantes Scola, Ginobili y demás componentes de la “Generación Dorada” se encontraban con un entrenador que les haría soñar, casi unos 15 años más tarde, con retirarse consiguiendo algo muy grande. El reto para Lamas es Madrid 2014, conseguir el reconocimiento de un público que confía en él y en el grupo que dirige.