Volver a la cancha tras un partido tan plácido como el que España disputó ante Senegal podía suponer una tarea complicada, pues el cuerpo no siempre manda, y las sensaciones, que invitaban a la relajación, podían pasar una mala jugada a los de Juan Antonio Orenga. El rival, Croacia, llegaba a Badalona con hambre y con las ganas propias de batir a uno de los favoritos para el Mundial de Basket 2014, y lo demostraba derrochando calidad a raudales.

Ricky Rubio empezó extra motivado. Su presencia en ataque y en defensa, enmendando los errores ofensivos que cometía, dieron vida a un juego alegre de España. Croacia, por su parte, confiaba en Ante Tomic para sumar, emparejado con Pau Gasol. Además, buscaba correr tras encadenar buenas defensas y hacer daño al contraataque.

Tomic y Gasol, protagonistas

Los primeros compases del encuentro eran marcados por el juego interior de ambos equipos, con Gasol y Tomic como estandartes. Aunque España prefería mover el balón entre sus torres y los de Jasmin Repesa tomaban al jugador del FC Barcelona como referente para forzar tiros librados, el juego pasaba por sus manos.

La entrada de Sergio Llull dio vida al baloncesto español, y es que la dureza de Croacia estaba impidiendo a los de Orenga desarrollar su juego. Los croatas, muy sólidos atrás, con muchas manos en defensa y rápidos en las transiciones, obligaban al seleccionador español a pedir tiempo muerto a poco más de dos minutos para finalizar el primer período. El 11-15 no convencía a Orenga, que buscó soluciones dando entrada a José Manuel Calderón, Serge Ibaka y Juan Carlos Navarro. En Croacia también se sucedieron las rotaciones, y la entrada de Roko Leni Ukic como director de juego favorecía el juego de los balcánicos: rapidez, triangulaciones para sumar con tiros cómodos y efectividad en sus lanzamientos.

Ibaka toma el relevo

El pívot español Serge Ibaka aglutinó el juego hacia final del período. Su presencia en la pintura, donde capturó hasta tres rebotes ofensivos seguidos, dio opciones a España a sumar y acercarse en el marcador. Además, su triple levantó al público que asistía Olímpic de Badalona y generó confianza en el cuadro español. Al término de los primeros diez minutos, y con el 18-20 en el electrónico, Pau Gasol y Serge Ibaka se repartían 13 puntos del total español.

El inicio de Croacia en el segundo cuarto siguió el mismo patrón que hasta entonces: el bloqueo directo de Tomic acababa culminando casi todas sus acciones ofensivas. A partir de aquí, generando una finalización del mismo Tomic o un extra pase a un compañero, Croacia seguía haciendo daño a España.

Un triple de Llull desatascó el ataque español, y es que los de Orenga no encontraban la manera de sumar desde cerca del aro, se arriesgaban con tiros lejanos, demasiado precipitados, y no encontraban buenas sensaciones. El tiro del alero del Real Madrid les ponía a tan sólo un punto, con lo que el partido parecía empezar de nuevo para el conjunto de Orenga.

Jasmin Repesa, visiblemente enfadado con Damjan Rudez, volvía a dar entrada a Darío Saric, ya que España volvía a ponerse por delante en el marcador. Los errores en las finalizaciones de Croacia empezaban a hacer mella en su juego, y es que se trataba de tiros cómodos, mientras que España castigaba estos fallos con transiciones rápidas y canastas fáciles.

Los errores de España privaban al conjunto español de conseguir una ventaja cómoda y tendría que remar a contracorriente durante toda la primera mitad

De manera incomprensible, Pau Gasol y Sergio Llull fallaron dos finalizaciones con las que poder agrandar la renta antes de marcharse al descanso. Por otro lado, una técnica señalada a Marc Gasol y un triple sobre la bocina de Luka Babic volvieron a hacer caer el resultado del lado de Croacia.

Hasta el momento, este estaba siendo el partido más igualado para España, que aun no había tenido que lidiar con diferencias negativas durante tantos minutos. Los errores en ataque estaban siendo una losa muy pesada para el conjunto de Orenga, y aunque Croacia también estaba pasando por momentos de errores de cara al aro, su solidez defensiva les ayudaba a controlar el partido.

Así, en el 38-40 destacaban los hermanos Gasol, con 14 puntos entre ambos, y Bojan Bogdanovic y Krunoslav Simon en el lado croata. La selección española debería volver al partido con el objetivo de sumar en cada acción y mejorar su trabajo defensivo, para evitar un intercambio de puntos del que no saldría beneficiado.

El inicio de la segunda mitad seguía un patrón parecido para España, con demasiados errores ofensivos, pero ahora era Croacia la que parecía quedarse sin ideas, y apostaba todo a Ukic, que no estaba teniendo su mejor día en cuanto a finalizaciones se refiere. Pau Gasol aparecía para poner el empate a 44 en el marcador, ayudado por un Juan Carlos Navarro bastante discreto en los primeros minutos.

Chacho, el mejor revulsivo

La entrada de Sergio Rodríguez a pista ponía en pie al Olímpic, que coreaba su nombre cuando tocaba el primer balón. Orenga apostó por un quinteto más que ofensivo (Ibaka, Llull, Rodríguez, Navarro y Marc Gasol) para despegar y empezar a dominar el partido, pero las diferencias eran mínimas, tan sólo decantadas por las faltas y los tiros libres consiguientes.

Foto: Ernesto Aradila, VAVEL

La defensa española no era suficiente para frenar a un Babic finísimo desde la línea de 6’75, y aun llegando a puntear sus lanzamientos, el croata anotaba y hundía el trabajo defensivo de España. Los jugadores españoles se encontraban con un equipo motivadísimo, que buscaba morder en cada acción, peleando por cada balón, y que prefería un juego fácil.

A poco más de un minuto para finalizar el tercer cuarto, España consiguió una ventaja de cuatro puntos, vitales en este momento del partido. La presencia del Chacho rompió la defensa zonal que planteaba Repesa, y se aliaba con Pau Gasol para hacer bueno el +8. El 65 a 57 vino precedido por una actuación clave del base canario, y Orenga seguía confiando en sus manos para encarar los últimos diez minutos.

España, más cómoda en la pista, empezó a usar sus mejores armas: Ibaka en la pintura se mostraba intratable, Sergio Rodríguez encontraba huecos para sumar, y poco a poco, la diferencia en el marcador iba aumentando, hasta los 10 puntos a falta de ocho minutos para el final.

Croacia seguía buscando a Tomic a la desesperada, pero la defensa de España sobre el pívot había mejorado, y sus puntos eran cada vez más caros de ver

La calidad de los jugadores españoles no daba respiro a una Croacia falta de ideas y juego; si en la primera mitad era el equipo de Repesa el que sumaba con acciones fáciles, ahora eran los de Orenga los que trenzaban dos y tres acciones seguidas donde sumaban a los pocos segundos del ataque.

En los últimos minutos, Orenga aprovechó para proponer alternativas defensivas, y el cansancio de los croatas, que no podían aguantar el alto ritmo español, haría el resto, pues la diferencia de 20 en el electrónico daba pie a jugadas de fantasía en Badalona. Ricky, Claver e Ibaka hicieron las delicias del público, y se ganaron una ovación cerrada.

Así, el encuentro finalizaba con el resultado de 82 a 64, una ventaja conseguida en la segunda mitad. Pau Gasol y Juan Carlos Navarro fueron los mejores en un partido en el que España tuvo demasiados problemas para entrar.