Barcelona, ciudad marcada por el baloncesto en mucho de sus costados, será una de las sedes elegidas para disputarse la segunda fase del Mundial de baloncesto 2014. La capital catalana acogerá cuatro partidos de octavos, dos de los cuartos de final y una de las semifinales, el camino inmediatamente anterior a la gran final, que se trasladará a Madrid.

La conocida como “Ciudad Condal” se presenta a los turistas como un punto de encuentro para aquellos que buscan el calor de la playa, los que optan por conocer la ciudad a través de sus monumentos e historia (la Sagrada Família, la Casa Batlló o el Park Güell constituyen visita obligada), o aquellos que prefieran perderse por los barrios emblemáticos de la ciudad, como el Poble Sec, l’Eixample, el Barri Gòtic o Gràcia.

Con más de un millón y medio de habitantes, la segunda ciudad más poblada de España cuenta con un clima mediterráneo, por su proximidad al mar y la poca altura con la que cuenta (tan sólo está nueve metros sobre el nivel del mar). Una temperatura que invita a salir a la calle, a disfrutar de las infinitas opciones que ofrece para divertirse.

La historia de Barcelona, en lo que a eventos concierne, muestra la vitalidad y energía que la ciudad transmite a los actos que organiza. El más sonado, los Juegos Olímpicos del año 1992: además del evento deportivo del que se trataba, Barcelona se abrió al mundo. La capital catalana mostró su capacidad para pasar de ser una ciudad con mar a ser un lugar clave en el Mediterráneo, en el que los éxitos deportivos y la cercanía de la gente hicieron el resto para bordar unos Juegos Olímpicos que pasarán a la historia.

Capítulo aparte merece Barcelona ’92, pues se trata de la mejor marca en cuanto a medallas se refiere. Los 22 metales obtenidos son una marca aun no superada, y al que se le acercaron los resultados de Atenas 2004 y Pekín 2008, con 20 y 18 medallas, respectivamente. Los atletas jugaban en casa, sentían el calor de la afición en su piel, e hicieron suyos los Juegos Olímpicos a los que Freddie Mercury y Montserrat Caballé pusieron voz.

Pabellón

El lugar elegido para disputar la segunda fase del Mundial es, ni más y menos, que el Palau Sant Jordi, la joya de la corona de los edificios construidos para los Juegos Olímpicos del 92. Inaugurado el 21 de septiembre de 1990 y diseñado por el arquitecto japonés Arata Isozaki, fue el principal pabellón cubierto de los Juegos, y albergó desde competiciones de gimnasia artística hasta finales de balonmano y voleibol.

Imagen: wikimedia.org

El Sant Jordi cuenta con una capacidad de 24.000 asistentes en eventos musicales (Rihanna, Lady Gaga o Fito y los Fitipaldis, entre otros artistas, han elegido este escenario para sus giras) y de 16.500 para partidos de baloncesto, y ha vivido grandes citas de este deporte, como las finales de Euroliga en las ediciones de 1998, 2003 y 2011, o la Copa del Rey de Baloncesto del año 2012, el evento más reciente.

Ubicado en el distrito de Sant-Montjuïc, existen múltiples opciones para llegar a él en transporte público, ya sea en autobús, en metro o en Ferrocarriles Catalanes de la Generalitat. El primero ofrece la opción de llegar hasta la misma puerta del Sant Jordi, mientras que los trenes y metros llegan a la Plaza España, a unos 15 minutos del pabellón. Así, los aficionados pueden desde aquí a pie, subiendo por el Museo Nacional de Catalunya en dirección a la montaña de Montjuïc. Una alternativa que, sin duda, gana adeptos de noche, cuando las fuentes de Montjuïc ofrecen un espectáculo que combina música, agua y luz.

Fan zone

El Moll de la Marina es el lugar elegido para emplazar la Fan Zone, el espacio en el que los aficionados al baloncesto que no hayan conseguido entrada puedan disfrutar de los partidos y de otras actividades que allí se organicen. Situado en las instalaciones que albergaron el Fòrum de les Cultures, en el año 2004, el Moll de la Marina ha visto pasar competiciones callejeras de baloncesto, eventos musicales y ha sido elegido en otras ocasiones para ubicar a los aficionados de equipos que llegaban a Barcelona. Sus vistas son espectaculares, y el ambiente que se consigue recrear, al lado del mar, merece mucho la pena.

Barcelona es, pues, uno de los escenarios del MundoBasket 2014 con más solera baloncestística. El mar, el ambiente que se respira en sus calles y las ganas con las que la competición llega a la ciudad harán que la segunda fase sea intensa, divertida y entretenida a partes iguales. Del juego se encargarán los equipos, pero Barcelona ofrece entretenimiento asegurado.