Madrid era el escenario escogido por la Federación para cerrar la ruta Ñ2014. Una gira que llegaba a la capital española con un inmaculado siete de siete. Canadá, Angola, Senegal, Turquía, Croacia y Ucruania no pudieron hacerle sombra a la potente selección de Juan Antonio Orenga. Agentina era el rival de la última prueba. Un rival duro y correoso, sin jugadores como Ginóbili o Delfino, pero que cuenta con veteranos del nivel de Scola, Nocioni o Prigioni.

Se desata la tormenta

En el Palacio de los Deportes se colgó el cartel de 'no hay entradas'. Más de 12 mil almas se congregaron en el pabellón de la Calle Goya para ser el jugador número seis de España. Desde el inicio, los de Orenga hicieron vibrar al público. El encuentro empezó con un contundente 7 - 0 tras con Pau Gasol como principal protagonista. Tan solo era el inicio del vendaval que se acercaba al Palacio. España jugó los mejores minutos de lo que va de preparación. Intensos en defensa, cerrando muy bien el aro y saliendo muy rápido en la transición defensa - ataque. En tan solo cuatro minutos, España dominaba por 12 - 2 y el seleccionador argentino se vio obligado a pedir tiempo muerto.

Tras el parón y las indicaciones, Argentina se refugió en una defensa zonal 2-1-2. Ni con esa fórmula fueron capaces de parar el ataque español. La mejor arma para atacar la zona es el lanzamiento exterior. Una asignatura pendiente para los de Orenga durante toda la gira, pero que contra Argentina fue uno de los puntos claves. Pau Gasol, Navarro, Llull y Sergio Rodríguez -ovacionado tras pisar el parquet- demostraron que no tenían la pólvora mojada y ametrallaron en los primeros diez minutos desde el 6.75. El primer cuarto finalizó con 25 - 10, con un 5/9 en el tiro exterior.

La diferencia ya era significativa pero los españoles querían más. Entraron jugadores como Ibaka o Calderón para dar frescura al juego de la ÑBA. El ala-pívot de Oklahoma City Thunder trabajó en defensa y cerca del aro, mientras que Calde formó una dupla sensacional con el Chacho. Movimiento de balón vertiginoso, que dejaba a los argentinos siempre un paso por detrás en el juego. Tras unos primeros minutos de más igualdad (39 - 21), con Campazzo -nuevo fichaje del Madrid- como única baza, los últimos minutos de la primera mitad fueron un nuevo recital. Así, España se fue al descanso con una ventaja de 23 puntos y dejando a Argentina sin reacción (48 - 25).

Ibaka, Nocioni y el gen ganador

El partido ya estaba decidio, pero el equipo sudamericano demostró que de casta está sobrado. Nunca gusta perder y menos si te están dando una soberana paliza. Los campeones olímpicos en Atenas 2004 encontraron en Selem Safar un buen anotador exterior para mantener la desventaja. España se relajó, perdió balones y falló algunas situaciones claras. A pesar de ello, Marc Gasol se convirtió en protagonista: tapones, rebote y uno de los referentes ofensivos. Al término de los primeros tres cuartos la diferencia se disparó hasta los 26 (67 - 41).

Diez minutos para el final, diez minutos para disfrutar. Así se lo tomaron los jugadores y los aficionados, que no pararon de animar desde el salto inicial. Con el partido roto, solo quedaba esperar ver alguna acción espectacular o duelos individuales que incentivaran el espectáculo. El denominador común en ambos aspectos fue Serge Ibaka. El hispanocongoleño firmó un pique con un competidor nato como Andrés Nocioni. A seis del final, España salió al contrataque y se dispuso a hacer un alley-oop, pero cuando Ibaka estaba en el aire el Chapu decidió empujarlo. Una acción fea que no gustó al jugador de Oklahoma. Sin embargo, se tomó la revancha. Unos minutos más tardes, Nocioni se dipuso a anotar una bandeja fácil, pero Ibaka apareció y se le apagó la luz con un inmenso tapón. La transición ofensiva fue rapidísima y la acabó el mismo Ibaka con un espectacular mate. El Palacio se puso en pie y acabó el encuentro haciendo la ola con el marcador rezando un 86 - 53.

Otra vez el juego interior

España tiene los mejores pívots del Mundial. Y nuevamente quedó demostrado ante un rival duro como Argentina. Sin Felipe Reyes, que descansó por precaución, los hermanos Gasol y Serge Ibaka se repartieron los minutos, dejando a Claver ocupar la posición de cuatro en algunos compases del encuentro. Marc Gasol acabó el partido con 14 puntos y diez rebotes, su hermano Pau contribuyó con 13 tantos, once rechaces y cinco tapones, mientras que Ibaka sumó otros 13 puntos y ocho rebotes. Todos los jugadores españoles lograron anotar, al menos, una canasta en juego.

Uno de los puntos positivos fue el acierto exterior de España. Llegaban con la puntería desviada y acabaron con un buen 11/26 (42.3%). Sin embargo, perdieron un total 20 balones, una cifra considerable, aunque hay que tener en cuenta que el juego rápido que puso en liza España favorece a sumar en ese casillero. Unas pérdidas que se vieron compensadas con la friolera de 50 rebotes y 22 asistencias.

Vale soñar a cuatro días del Mundial

España dio un auténtico recital a solo cuatro días para empezar el Mundial que se disputará en tierras españolas. Estados Unidos parte como gran favorita, pero no vienen jugadores como Paul George -lesionado de gravedad- o Kevin Durant, que decidió bajarse del barco tras el percance de su compañero. España cuenta con un juego interior inigualable y, además, está muy bien equilibrado con estrellas esteriores como Navarro, Rudy, Calderón, Ricky Rubio o Sergio Rodríguez. La empresa es difícil, pero los jugadores de Juan Antonio Orenga tienen permitido soñar.

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