Empezó el Mundial de verdad. A partir de ahora solo valdrá ganar. Quien pierda hará las maletas y volverá a su país. Barcelona fue el escenario del primer encuentro de los octavos de final del campeonato. Estados Unidos, el gran favorito al título, encontró al desconocido México, como describió Derrick Rose en la previa del encuentro a los aztecas, en la primera prueba de lo cruces. El partido se presumía un paseo para los estadounidense, pero sus vecinos mexicanas sacaron la garra y aguantaron los primeros 20 minutos. Al final, los norteamericanos se llevaron el encuentro por 86 - 63 y se enfrentarán al ganador del Eslovenia - República Dominicana.

México empezó el partido desconcentrado, como si la cita le viniera grande. 40 años sin jugar el Mundial pasó factura a sus jugadores. Estados Unidos no dudó y su elencó de estrellas NBA quiso resolver por la vía rápida. Los de Krzyzewski encontraron a Kenneth Faried en su primer referente. El ala-pívot de los Nuggets, muy intenso en los minutos que está en cancha, arrancó dominando los dos aros de la cancha. Faried contagió a sus compañeros la energía y sellaron su canasta. Estados Unidos cerraba todas las líneas de pase, obligaba a México a tirar en malas posiciones, capturaba los rebotes y salía al contraataque. El marcador lo reflejó con un 13 - 2 en apenas cuatro minutos.

Los aztecas despertaron del letargo y con un parcial de 0 - 6 se volvieron a meter en el partido. Sin embargo, en ataque sufrieron demasiado. Pocas ideas en el juego y tiros muy al límite. Además, la gran estrella del equipo, el ex jugador de Fuenlabrada, Gustavo Ayón, estaba desaparecido debido a la enorme defensa del dúo Davis - Faried. Al término de los primeros diez minutos, el marcador rezaba 23 - 13 favorable a Estados Unidos.

Despierta Ayón

Empezó el segundo cuarto y por fin apareció Gustavo Ayón. El mexicano anotó los seis primeros puntos de su equipo en los dos primeros minutos, pero Estados Unidos respondió con siete tantos. No le gusto el ritmo del encuentro a Sergio Valdeomillos. Demasiados puntos en poco tiempo y México colocó una zona 2 - 3 para realentizar el juego. Funcionó para parar la proyección ofensiva, pero también permitió a Estados Unidos llegar más fácil a campo defensivo. Un lastre para México que era incapaz de anotar una y otra vez (6/19 en tiros en la primera mitad). En los instantes finales del período apareció la gran estrella del equipo. James Harden anotó dos triples y se fue hasta los 12 puntos en los primeros 20 minutos, que acabaron con un 42 - 27 a favor de los estadounidenses

Stephen Curry se adueño del partido

Curry demostró por qué es el mejor tirador de la NBA

México estaba quince puntos abajo, pero la sensación era que estaban compitiende realmente bien y esperaban cualquier despiste de EEUU para meterse en el partido. Stephen Curry no estaba dispuesto a que eso ocurriera. El base de Golden State Warriors demostró por qué es el mejor tirador de larga distancia de la NBA. Empezó la segunda mitad con 11 puntos,  tres triples y una bandeja, que finiquitaron el encuentro. En este parcial también destacaron Anthony Davis y Demarcus Cousins. El primero, rechazando los tiros que llegaban con dos impresionantes tapones. El segundo, tomando el relevo en ataque y percutiendo una y otra vez desde la pintura. Así, al final del tercer período el partido estaba sentenciado con un abultado 66 - 38.

Llegaron los diez último minutos, los de 'la basura', como dirían los especialistas de la NBA. Mike Krzyzewski optó por dar entrada a los suplentes, mientras México se lo tomó como si el partido todavía estuviera por decidir. Gustavo Ayón lo aprovechó para engordar sus estadísticas y acabar el encuentro con 25 puntos. También hubo tiempo para el show time de Estados Unidos. Cousins, Monroe y Rudy Gay fueron los encargados de poner en pie al público de Sant Jordi con acciones espectaculares. Al final, 86 - 63 y Estados Unidos ya espera rival en cuartos de final.