Espectacular encuentro entre Eslovenia y Estados Unidos. Como no podía ser de otra manera, el Palau Sant Jordi estaba prácticamente lleno para la ocasión. Una marea humana tiñó de color verde el templo catalán para apoyar a los eslovenos en busca de la machada. No pudo ser, pero Eslovenia plantó cara a los mejores jugadores del planeta jugando de una manera atrevida, jugando un juego rápido, pero finalmente claudicaron por 76 - 119.

Una Eslovenia aguerrida

El inicio predecía un paseo para Estados Unidos. Arrancaron muy fallones en los primeros dos minutos -solo un tiro convertido de once intentos- y Eslovenia lo aprovechó para coger la iniciativa en el marcador (8 - 6). Los de Mike Krzyewski siguieron con la misma tónica. No acertaban prácticamente nada, pero eran tan superiores en la pintura que llegaban a capturar hasta dos, tres y cuatro rebotes ofensivos en la misma jugada. Ahí aparecieron dos estrellas del brillo de Anthony Davis y Kenneth Faried. Recogieron los errores de sus compañeros para convertirlos en puntos fáciles bajo el aro o desde la personal (10 - 15, min. 15).

Era turno de descanso para los dos interiores estadounidenses. En ese momento cogió el testigo Klay Thompson. El jugador de Golden State Warriors salió más entonados que sus compañeros y sumó a su cuenta particular siete puntos en cinco minutos. Eslovenia no perdió la cara al partido y no tuvo miedo de plantear un partido a campo abierto. Los de Jure estuvieron acertados los primeros diez minutos gracias a un buen Domen Lorbek (siete puntos) y acabaron el primer parcial solo siete abajo (22 - 29).

El segundo cuarto empezó de una manera espectacular. Prepelic perdió el balón ante Irving, pero lo recuperó tras un enorme tapón para acabar la jugada con un triple en el otro aro. En la siguiente acción Klay Thompson demostró tener la muñeca caliente y devolvió la canasta con otro triple. Luego volvió a aparecer Kenneth Faried. A pesar de ser uno de los hombres grandes, siempre era el primero en llegar a campo rival para acabar las jugadas con sendos mates que pusieron todo el pabellón en pie (31 - 41, min. 15)

Estados Unidos ponía el espectáculo, pero Eslovenia con garra y pundonor se mantenía dentro del encuentro. En los instantes finales del período sorprendieron con unas defensas zonales (primero 1 - 3 - 1 y desués 3 - 2) para parar el ritmo anotador de los americanos. Todavía faltaban dos invitados a la gran fiesta. Los hermanos Dragic estaban desaparecidos, pero tiraron de galones en los instantes finales de la primera parte. Zoran Dragic recuperó un par de balones para acabarlos al contraataque, mientras que Goran sumó dos canastas para dejar el marcador en 42 - 49.

Harden sentencia

Estados Unidos no quiso dejar la faena para última hora y subieron las líneas defensivas. Ahogaron, todavía más, la circulación de balón de Eslovenia y la estrella del equipo rival, Goran Dragic, no estaba cómodo subiendo el balón. El jugador de los Suns perdió dos balones nada más empezar el cuarto que acabaron con canasta fácil de los norteamericanos para superar los dos dígitos de ventaja (44 - 55). Y si eran pocas, aparecieron dos estrellas más: Stephen Curry y James Harden. Ninguno de los dos había anotado en el primer tiempo y acabaron con seis y doce puntos, respectivamente, en el tercer cuarto. Los de Krzyewski rompieron el partido con 37 puntos en un período que acabó con 64 - 86

Los últimos diez minutos sirvieron para seguir creando adeptos al baloncesto ofensivo. La defensa eslovena era inexistente y Estados Unidos lo aprovechó. Contraataques rápidos que acababan con espectaculares mates de los jugadores NBA. Además, Cousins demostró que es un pívot aguerrido y acabó expulsado por faltas; Thompson siguió engordando sus números y Derrick Rose cogiendo sensaciones de cara a los siguientes encuentros. Al final, paseo estadounidense (76 - 119) para disputar la semifinal contra Lituania.