Del triple de Aleksandar Djordjevic en la final de la Euroliga el 16 de abril de 1992 al de Teodosic transcurrieron 18 años. La Serbia que ganaba como el Partizán ha dado pie a la Serbia que, por el momento, ha ganado como la Jugoplastika sus dos últimos partidos. En 2010 las semifinales fueron la meta de un equipo que entonces realizó una buena primera fase, perdiendo sólo ante Alemania en la prórroga, y que ganó 72-73 a Croacia con un tiro libre de Rasic a falta de un segundo para terminar el partido. Cuatro días después fue el triple de Teodosic el que hundió las esperanzas españolas de medalla. En esta ocasión los serbios no han sufrido tanto en octavos y en cuartos, pero sí en la fase regular.

En la primera fase se había visto una Serbia muy parecida a la de los partidos finales del mundial de Turquía, con victorias cómodas ante Irán y Egipto, pero derrota ajustada ante Francia. Ante Brasil y España no tuvieron mucho que hacer, aunque a los brasileños les hicieron 32 puntos en el tercer cuarto, premonición del vendaval que arrasaría en cuartos. Con muchos problemas para arrancar y con la duda del estado físico de algunos de sus jugadores (Teodosic aquejado de un virus y Krstic en baja forma), los serbios pelearon para conseguir la cuarta posición.

Grecia marca la “jugoplastikación

La transformación de Serbia ocurrió el día de octavos de final ante Grecia. Hasta el momento, un equipo físicamente justo, con muchos problemas para defender el juego interior. A partir de ese momento, la intensidad defensiva y el acierto exterior condujo al equipo a dos partidos de ensueño ante los helenos y los brasileños. Serbia había pasado de ganar apurada como el Partizán de 1992, a ganar con un baloncesto completo e imparable, como la Jugoplastika de 1989-1991. Ambos tuvieron puntos en común:

  1. La defensa en la segunda mitad. Ante Grecia, Serbia recibió 30 puntos, mientras que Brasil les hizo 24. En especial la defensa interior, con Krstic, Raduljica y compañía, estuvo intensa y cerrando las oportunidades de canasta. En la segunda mitad ante Brasil, el juego interior de éstos anotó tan sólo siete puntos (dos canastas de Varejao, una de Hettsheimer y un tiro libre de Splitter). Ante Grecia, cuatro tiros libres de Printezis fue el bagaje interior griego de los últimos 20 minutos. Serbia obligó en ambos partidos a buscar a los hombres exteriores de ambos que no estuvieron acertados.
  2. Teodosic reapareció. En la primera fase, el base del CSKA de Moscú anotó 15 puntos ante Egipto, 14 ante Brasil y dio 9 asistencias ante Irán. Pero su liderazgo apareció ante Grecia y sobre todo, ante Brasil en cuartos, cuando hizo su mejor partido del torneo con 23 puntos y 25 de eficiencia.
  3. Intensidad los 40 minutos de juego. Contra Brasil en la primera fase, los serbios hicieron un cuarto casi perfecto (el tercero, con 32 puntos a favor), pero los otros tres fueron flojos. En los dos últimos partidos el equipo ha mantenido todo el partido el tono ofensivo y defensivo.

Y en las semifinales de 2010, el anfitrión, Turquía, apeó a los serbios por 83-82, con una canasta de Tunceri a un segundo del final. Los serbios perdieron el partido por el bronce ante Lituania por 88-99. Los lituanos habían sido eliminados en semifinales por Estados Unidos. La Serbia de Djordjevic, la que siempre está ahí (campeona en 1990, 2002 y semifinalista las dos últimas ediciones) buscará ante Francia su tercera final en 24 años. En 1990, el seleccionador era jugador en activo, si bien no estuvo en el Mundial con Yugoslavia (sí que ganaría ek Eurobasket 1995).

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