Seis selecciones con un único objetivo: la clasificación. O quizás no. Quizá la complejidad de este torneo y su formato de competición radique en hay un doble objetivo, como es el de clasificarse pero hacerlo en una posición que permita evitar a Estados Unidos hasta la final. La selección norteamericana parece imbatible, y es por ello por lo que el primer y el tercer puesto del grupo se erigen en los puestos de tronío si se pretende alcanzar el podio.

Una atractiva mezcla de baloncesto europeo y latinoamericano será el alma máter de un grupo en el que los pronósticos no son nada evidentes. Y es que todos los equipos cuentan con un potente juego interior y apuestan por la movilidad de pelota de dentro a fuera acogiéndose a un buen porcentaje de triples y su capacidad reboteadora. Estilos similares entre cinco conjuntos (se excluye a Nigeria de la pelea), que no podrán permitirse ni el más mínimo tropiezo.

España parte como máxima favorita tras haberse proclamado campeona del Eurobasket 2015, pero lo hizo sorteando de milagro situciones límites, y amparada en una estratosférica versión de Pau Gasol. El de Sant Boi necesitará que Willy Hernangómez, Felipe, Mirotic y Claver le den aire en el juego interior. Llul y Sergio Rodríguez, así como Rudy y Abrines, podrían ser los termómetros que midan las opciones de medalla de España.

Lituania parece el rival más serio de la selección nacional por el primer puesto. Y es que es un conjunto sólido y sin fisuras, con jugadores exteriores muy altos que pueden jugar al poste bajo, como Jonas Maciulis, y un pívot dominante como Valanciunas. Sus victorias sobre España en los amistosos previos anticipan batallas muy disputadas.

Argentina y Brasil contarán con nombres tan destacables como Ginóbili, Scola, Nocioni, Delfino por el lado de la albiceleste, o Nene Hilario, Anderson Varejao y Raulzinho Neto en la selección anfitriona. No obstante, parecen un punto por detrás de las europeas, por veteranía de algunos de sus miembros así como por una segunda línea mucho más débil que la de España y Lituania.

Croacia parte como el elemento desequilibrante del grupo. Con jugadores de la talla de Mario Hezonja o Bojan Bogdanovic, pueden acusar mucho la baja de Ante Tomic en la pintura, donde Justin Hamilton y Dario Saric serán los principales argumentos. Nigeria es un equipo muy potente físicamente pero muy falto de cordura táctica y técnica.