España y Argentina se reencontraban después del mundial de 2006 en la última jornada del grupo B. Con todo por decidir, con España jugándose la vida sin red, con Argentina ya clasificada y con el único objetivo de evitar a Estados Unidos y con un sabor a revancha por parte de los sudamericanos desde hace diez años. Con todo esto, a priori se planteaba una lucha sin freno en la pista, un partido a cuarenta minutos y sin un segundo de descanso.

España llegaba a la última jornada como nadie imaginaba tras las dos primeras jornadas y la posterior ante Nigeria, que, sin duda, fue el partido clave para el cambio español, en juego, pero sobre todo en mentalidad y ambición. El partido frente a Lituania fue de una superioridad aplastante pocas veces vista en una cancha de baloncesto, un rodillo de cuarenta minutos que desarmó a toda Lituania entera.

Por su parte, Argentina se plantaba en la última jornada con los deberes hechos tras su gran inicio de torneo, el tropezón ante Lituania, pero sobre todo, tras el gran partido que se vivió el sábado entre Brasil y Argentina, un partido con orgullo, épica y gran baloncesto. No bastaron cuarenta minutos para encontrar ganador y, en la segunda prórroga, con todos los jugadores exhaustos, Argentina se llevó el partido y dejó con pie y medio fuera a la anfitriona. Doble victoria argentina.

España sin red y Argentina a evitar a EEUU

Este era el planteamiento del partido antes del comienzo. España debía ganar si o si para no quedarse fuera y Argentina sólo quería evitar a EEUU en cuartos.

Argentina salió convencida de que podía ganar, ser primera, y empezar a soñar con otra medalla. Ginóbili comenzó el partido recordando a lo que fue, es y será, un jugador increíble. Con dos triples suyos Argentina endosaba a España un parcial de 0-8 en minuto y medio de juego. Pero la reacción de los de Scariolo fue inmediata. Nadie imaginaba lo que venía, por fin llegó, por fin regresó a su nivel Rudy Fernández que, resultó imparable para Argentina, metiendo diez puntos rápidamente, con dos triples, con Mirotic ayudando con otros dos, con contraataques que desbordaban a los argentinos y con Ricky Rubio manejando el partido como él solo sabe hacerlo. En ese baloncesto dinámico España tenía las de ganar. Como consecuencia le endosó a los argentinos un parcial de 22-3, sin la necesidad de que Gasol brillara en ataque, anotó dos puntos en el primer cuarto, y apretaba el acelerador para marcharse por diez puntos al final del primer cuarto.

Sergio Hernández había comenzado sin Campazzo y sin el Chapu de inicio, para paliar de algún modo la escasa rotación argentina, pero no bastó. Con ambos en la pista junto a Scola y Ginóbili no pudieron hacer frente al rodillo español. Navarro tiró de calidad y experiencia, Rudy seguía oliendo a sangre argentina y no paraba de meterlas, sólo Manu Ginóbili hacía frente al vendaval español que, con el regreso de Pau a pista España comenzó a jugar aún más cómoda y el segundo cuarto se acababa con un 48-35 a favor de España.

El nivel de España y la factura de Brasil

La idea del tercer cuarto argentino era clara, salir con todo para no irse del partido y llegar con opciones al final. Por su parte España debía luchar contra sí misma y los fantasmas del debut ante Croacia, una renta así no se podía escapar, las desconexiones de cuatro o cinco minutos en un cuarto no podían volver a aparecer y así fue. España siguó a lo suyo y Gasol (19 puntos y 13 rebotes) se mostraba muy superior al juego interior argentino, y comenzó a gustarse. Cinco puntos suyos de salida ponían el más veinte en el marcador, pero con Argentina no te puedes relajar hasta el pitido final.

Entonces llegó el momento de los árbitros, ese momento de protagonismo innecesario en un partidazo de baloncesto como el de ayer. Navarro era expulsado en menos de 30 segundos por protestar una falta y por simular otra en la jugada siguiente, pero no quedó ahí la cosa, la jugada posterior a este lío fue otra técnica, esta vez para Campazzo, por simular otra falta en ataque. El partido cogía un tono de rabia y frustración y el corre calles se personificaba en el parquet.

A las pérdidas de España se sumaban los ataques precipitados y sin control de Argentina, un tiempo muerto de Scariolo calmó los ánimos y España se iba al final del tercer cuarto 71-57 y las opciones de la albiceleste se iban recortando.

Manu Ginóbili ante España. Foto: FIBA
Manu Ginóbili ante España. Foto: FIBA

Con el partido en contra y con el cansancio acumulado del partido ante Brasil por el gran esfuerzo hecho, Sergio Hernández decidió reservar a Ginóbili, Campazzo y a Nocioni y no arriesgarse a lesiones inoportunas. Sin estos tres en pista, Scola se mostraba muy sobrepasado por el juego interior español y Laprovittola (21 puntos) era el único que mostraba orgullo.

Con Calderón en pista (6 puntos en 10 minutos) España continuaba su buen hacer, no habían bajones, no habían malas caras y todos sumaban. Rudy seguía con su festival anotador y defensivo (23 puntos y 7 rebotes) y Argentina se dejó llevar.

El objetivo español estaba cumplido, pero Argentina debería esperar a que Lituania ganara para evitar a EEUU en cuartos, ya sólo quedaba hacer frente a lo que llegara. Croacia ganó a Lituania en otro partido loco y Argentina queda cuarta de grupo y le tocará plantar cara a Estados Unidos.

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Sobre el autor
Alex Sanchez
Entrenador nivel 1 de Baloncesto por la Federación Murciana de Baloncesto. Jugador de baloncesto 1a Autonomica de Murcia. UCAM Universidad @alexsbanegas