Tres semanas antes de que comenzasen los Juegos, la Selección Española recibió un mazazo anímicamente hablando. Sancho Lyttle, pilar fundamental del conjunto, se rompía el quinto metatarsiano y decía adiós a Río de Janeiro. Nunca es fácil para cualquier equipo perder a su estrella, y muchos optarían por bajar los brazos y resignarse. Las chicas tenían dos caminos, desanimarse por haber perdido a su pívot de la WNBA o soñar. Y así fue, las guerreras soñaron. Además, los sueños son una de las armas más peligrosas en unos Juegos Olímpicos. Probablemente sea la competición que más premie a los que lo hacen.
Lo que está claro es que con soñar no vale, y es que hay que creérselo. Por que los sueños tienen el peligro de quedarte atrapados en ellos, y se quedan en simples y meros sueños. España, además de soñar, creyó. Pocos pensaban que iban a llegar tan lejos, pero así ha sido. Estas chicas han realizado la mayor proeza del baloncesto femenino de la historia española. Como dice la canción de Melendi, las chicas hablan en plata, pero han soñado en oro.
La dura realidad de USA
Se ha vuelto a ver que a Estados Unidos no se le gana soñando. Tan sólo un día había pasado de la eliminación a manos de la Selección Masculina de Baloncesto. Las hispanas vieron de primera mano y desde la grada, como el Dream Team se cargaba a la Generación de Oro y les privaban de llegar a la final de Río de Janeiro. Sin duda un buen aviso de cara al encuentro que iban a disputar.
España se colgó su primera medalla en baloncesto femenino
España ha sido la medalla de oro de las mortales, aunque seguramente no se conformen con eso. Porque Estados Unidos sigue en otro mundo baloncestísticamente hablando. Se podría decir que ha sido una pesadilla de 48 minutos, pero tratándose de la primera final de España en unos Juegos no se puede afirmar tal cosa. Las españolas fueron un panecillo en las manos del USA Team. Los nervios se notaron notablemente, y no tuvieron nada que hacer ante las experimentadas estadounidenses.
Un partido de dos cuartos
Dos cuartos, eso fue lo que le duró la esperanza a las jugadoras de camiseta roja. Diana Taurasi fue demasiado para España. Un auténtico recital el que dio y sus 17 puntos fueron claves para el éxito. Curiosamente la parte desequilibrante fueron los rebotes, hasta 52 rebotes capturaron. Además, estuvieron magníficas desde la línea de tres puntos y cargaron de faltas al rival. Fue muy duro intentar frenar a Estados Unidos y mentalmente agotador.
La defensa fue otra asignatura pendiente para España. Los desajustes defensivos fueron la tónica de todo el partido y demostraron que deben de mejorar mucho en ese apartado. En cambio, USA no perdonó y pusieron seis tapones. Alba Torrens volvió a ser la mejor de España y se marchó del encuentro con 17 magníficos puntos. No pudo ser, la WNBA sigue varios pasos por delante, pero dicha plata sabe a oro.
Sonrisa de plata
No era muy objetivo pensar que España podía toser a Estados Unidos. España jugó sus cartas, pero pese a la derrota se colocaron una medalla de plata que parecía un oro. Hay que quedarse con el nombre de estas heroínas que pisaron por primera vez un podio de baloncesto. Seguramente muchas niñas desde su casa se han fijado en ellas durante esta semana, y es que el camino ya se ha abierto. Por las caras de las jugadoras no se podría pensar que habían perdido de más de 20 puntos. Las españolas subieron al podium, parecía imposible imaginar que alguna vez se vería esa imagen. Ya es una realidad, una bonita realidad. Han escritos sus nombres en plata en la historia del baloncesto, al igual que está escrito el de Pau Gasol o el de Juan Carlos Navarro. Doce mujeres que han llevado a España a la gloria. Como gritaban los aficionados a un minuto del final del partido perdiendo de 30: “campeonas, campeonas, campeonas”.
