El tercer partido podía ser el más delicado, en especial para el Caja Laboral, ya que en caso de perderlo, se hubiera acabado su andadura en Europa por este año. Pero la importancia de este encuentro se vio en los jugadores baskonistas: desde el inicio, Nocioni cogió las riendas del equipo. Pero en esta ocasión no estaba solo, y a diferencia de los dos primeros partidos, Heurtel y Milko Bjelica (este último un tanto desdibujado en la serie) le acompañaban a gestar la primera victoria de los cuartos.

El buen hacer de los vascos le permitía llegar al descanso con una ventaja de 19 puntos, algo que se conseguía gracias a la asfixiante defensa que planteaba: desconectados casi todos sus jugadores, el único que parecía estar al 100% era Weems, que hacía la guerra por su cuenta, y un brillante parcial de 11 a 0 dejaba al CSKA en 24 puntos al descanso.

A pesar de que en Moscú el CSKA arrolló al Caja Laboral, lejos de la capital rusa no ha mostrado su mejor cara, si bien es cierto que la ventaja de 2-0 les daba pie a conceder algo más de igualdad en la serie. Aun así, los números hablan por sí solos: si en los 2 primeros encuentros se pasaba de los 80 puntos, en el tercero el CSKA tuvo serios problemas para superar los 70.

El poste bajo, desconectado

Si en el primer partido se hablaba de lo enchufados que estuvieron 5 de sus jugadores, el CSKA no supo dar respuesta a la situación de K.O. a la que llegaron éstos en Vitoria. Teodosic, protagonista hasta entonces, parecía esconderse, y Krstic, uno de los que siempre aparece, acompañado por Weems (que por lo contrario, había estado más que discreto en los dos primeros) intentaron luchar por maquillar el resultado.  Los números vuelven a aparecer para dar fe de ello: en el segundo encuentro, 32 puntos llegaron de manos de Kaun y Krstic, precedidos por la buena actuación de Erceg y Khryapa en el primero. En el tercero, anotaron 22 entre los 4, contando con que Khryapa y Kaun se quedaron en cero.

En el otro lado, el Caja Laboral echaba el resto y se mostraba intratable durante los 40 minutos. Los 93 puntos fueron la muestra de la implicación de todos sus jugadores: en Moscú, el principal estandarte vasco fue Nocioni, que anotaba 23 puntos entre los 2 encuentros. En el tercer partido, piezas como Heurtel (21 puntos y 17 de valoración) o los hermanos Bjelica (Milko, con 15 puntos y un impecable 3 de 3 en triples y Nemanja con 13 puntos y un 3 de 4 en lanzamientos de 3) encajaron a la perfección para encarrilar la primera victoria de la serie.

El acierto en los rebotes, clave

En los partidos disputados en Moscú, el Caja Laboral dio muchas oportunidades de anotar al CSKA, tanto errando sus lanzamientos como no cargando los rebotes defensivos, lo que les hubiera brindado más opciones de anotar. Por otra parte, el Buesa le dio el acierto que necesitaba en ataque, firmando un brillante 82% en tiros libres, un 51% en lanzamientos de 2 y un 57% en triples, con jugadores que bordaron sus actuaciones: los hermanos Bjelica, Heurtel y San Emeterio llegaron a rozar el 100% en sus tiros.

Ahora, y después de reencontrarse con su mejor juego, toca encarar el que será el último partido de Euroliga en Vitoria. Después del mal inicio, al Caja Laboral le toca enmendar sus errores, y con la victoria del miércoles empezó a hacerlo. Las tornas han cambiado para el CSKA, que necesita un partido más, y el esfuerzo que esto conlleva, para sellar su pase a la Final Four de Londres. Para el Caja Laboral, no queda otra que volver a ganar y regresar a Moscú para culminar la remontada. Difícil, pero no imposible.